Son préstamos logrados en convenio con inmobiliarias a tasa fija y con un porcentaje de financiamiento que supera a la banca.
En un contexto aumento de los precios de las viviendas, alzas de tasas de interés y mayores restricciones para el otorgamiento de los créditos hipotecarios por parte de los bancos, las compañías de seguros de vida son una alternativa para quienes requieren este tipo de financiamiento a largo plazo.
En ese sentido, Renta Nacional Seguros de Vida cerró acuerdos con diferentes inmobiliarias para ofrecer créditos hipotecarios, por intermedio de su administradora de Mutuos Hipotecarios. De esta manera, la aseguradora dispone de créditos de hasta 30 años plazos con tasa fija y con un porcentaje de financiamiento que supera a la banca (de hasta un 90%, en algunas propiedades en convenio), para financiar la compra de bienes raíces como departamentos, terrenos y parcelas.
Asimismo, gracias a estos convenios, se logró que, una vez recibidos todos los antecedentes necesarios por parte de los clientes y en condiciones habituales, el plazo de evaluación del crédito no supere los 7 días.
“También conseguimos con varias inmobiliarias la posibilidad de entregar las tasaciones y los estudios de título de manera gratuita, lo que alivia las exigencias de liquidez al inicio de la inversión”, indica Nicolás Vicencio, subgerente de Inversiones de Renta Nacional Seguros de Vida.
“Las administradoras de mutuos ofrecen créditos hipotecarios, como los bancos, bajo la regulación y fiscalización de la CMF (Comisión para el Mercado Financiero). Así, son una buena alternativa para la adquisición de bienes raíces, ya sea para viviendas, inversión o terrenos para posterior construcción. Los créditos que se generan son posteriormente adquiridos por compañías de seguros de renta vitalicia, cuyos pasivos deben ser respaldados preferentemente por activos de muy largo plazo y en UF, condición que cumplen los préstamos hipotecarios” indica el subgerente.
Las inversiones inmobiliarias, añade, son un excelente refugio frente a la incertidumbre económica que se vislumbra para los próximos meses: activos de muy largo plazo en los cuales las eventuales caídas de precio generalizadas ocurren muy escasamente y sólo tras graves crisis mundiales, a la vez que su velocidad de recuperación es mucho mayor a la de cualquier otro tipo de inversiones. Asimismo, en el largo plazo se valorizan en UF, por lo que representan una buena forma de protección frente al aumento de la inflación.
Adicionalmente, el aumento de los precios de los bienes raíces, o de su plusvalía, ha sido históricamente superior a la de la renta fija y a la de las acciones, lo que significa una muy buena alternativa para los pequeños inversionistas, sobretodo si se tiene en cuenta el aumento de la demanda de arriendos para vivienda del último tiempo.
En otro plano, los terrenos y parcelas de 5.000 metros cuadrados hoy están siendo muy cotizadas por aquellas familias jóvenes que buscan vivir relativamente cerca de una ciudad, para tener acceso rápido a ciertos servicios básicos, aunque alejados del pleno centro urbano, con conexión a la playa o el campo. “Tenemos varias alternativas de oferta que cumplen con esas condiciones, y a la vez que la posibilidad de un financiamiento de mayor plazo y menores gastos operacionales”, concluye Nicolás Vicencio.
