Tal como había ocurrido previamente tanto en la Cámara de Diputados como en la Comisión de Hacienda del Senado, este martes la Sala de la Cámara Alta aprobó en general el proyecto que crea un ingreso familiar de emergencia en el contexto de la pandemia del coronavirus, pero rechazó el bono de los aportes y su mecanismo de entrega.

En concreto, lo votaron tal cual venía desde la Cámara Baja, por lo que fue despachado a ley y terminó así su tramitación en el Congreso. Sin embargo, al ser rechazada en particular, la iniciativa se quedó sin un mecanismo para distribuir los 800 millones de dólares a sus beneficiarios.

Es por ello que se espera el inminente anuncio, por parte de La Moneda del veto presidencial, puesto que no se puede aplicar el proyecto sin un marco legal que regule el reparto del dinero que pretende ir en ayuda de aquellas personas que no cuentan con un ingreso formal.

El proyecto impulsado por el Gobierno, que le entregó la calificación de «discusión inmediata, fue aprobado en general por el Pleno del Senado por unanimidad (42 votos a favor), pero las indicaciones referidas a las cifras y la forma en que el bono se entregará no alcanzaron el quórum requerido (21 votos), obteniendo solo 18 votos a favor frente a 24 en contra y cero abstenciones.

Convertida en uno de los principales «caballos de batalla» de la agenda de medidas económicas del Ejecutivo para enfrentar las consecuencias del coronavirus, la discusión de la iniciativa se ha transformado en uno de sus mayores dolores de cabeza, al no poder convencer a la oposición de cambiar su postura de exigir más recursos a dicho ingreso, terminando en un importante traspié para la dupla negociadora constituida por los titulares de la Segpres, Felipe Ward y Desarrollo Social, Sebastián Sichel.

La casi segura derrota del proyecto ya había sido adelantada por los parlamentarios de oposición, quienes habían reiterado su solicitud al Gobierno de pasar de $65 mil a $80 mil el monto del bono y que este no vaya decreciendo durante los tres meses, como estipula el proyecto original. Sin embargo, y tal como ya había sido señalado por los ministros Ignacio Briones, Sichel y Ward, aquello no sería posible por «responsabilidad fiscal», dado el contexto de crisis.

Luego del traspié, Ward señaló en su cuenta twitter que «con el rechazo de la oposición al monto asignado para el #IngresoDeEmergencia no perjudican al Gobierno, atrasan la entrega de este beneficio a 1,8 mm de familias que lo esperan. Mañana en el @Senado_Chile  confiamos que senadores comprendan la urgencia de su aprobación», mientras que Sichel, por la misma via , declaró que «como @GobiernodeChile  tenemos el compromiso de trabajar de todas las formas posibles para que el #IngresodeEmergencia llegue rápido a 4,3 millones de Chilenos que no pueden seguir esperando. Con la decisión de la Oposición en el Senado se atrasa la llegada de este beneficio«.

El alargamiento del debate, de todas formas, ya frustró la intención original del Gobierno al conceder a este proyecto discusión inmediata, y que era comenzar a pagarlo a contar del mes de mayo.