Con fanfarría y un dejo dejo de añejo cortesanismo decadente Javier Milei -ya ungido con los símbolos del poder presidencia- en el llamado Salón Blanco de la Casa Rosada, esperó en un una tarima -como si fuera un trono del tercer mundo- el saludo de las delegaciones extranjeras que asistieron a su asunción como Presidente (no monarca) de la Argentina, pero más allá de esta puesta en escena anedótica, lo relevante es todo el discurso del Mandatario en tono de preparando el ánimo de los argentinos para un lunes en que comenzará una travesía por el desierto de la austeridad, el recorte fiscal y la mano dura en las hasta ahora regalía faraónicas que hacíe el Estado trasandino.
Milei en durísimo discurso contra el gobierno del ahora expresidente Fernández: “El gobierno saliente nos ha dejado plantada una hiperinflación. Vamos a luchar con uñas y dientes para erradicarla. Vamos a hacer los máximos esfuerzos posibles para impedir esta catástrofe que dejaría al 90% de la población en pobreza y al 50% de ella, en la indigencia, explicó.(…) Aunque dejemos de emitir, el desmadre monetario del gobierno saliente de haber emitido por 20 puntos de PIB no es gratis, lo vamos a pagar con inflación”, aseguró e inmediatamente anuncia que «comienza una nueva era en la Argentina», reafirmando lo que dijo la noche de su triunfo que termina con «una larga y triste historia de decadencia y declive», pero advirtió que «no hay alternativa posible a la de aplicar medidas de ajuste y shock que impactarán de modo negativo sobre el nivel de actividad económica, empleo, salarios reales y cantidad de pobres e indigentes. Sabemos que de corto plazo la situación empeorará, pero luego veremos los frutos de nuestro esfuerzo habiendo creado las bases de un crecimiento sólido y sostenible en el tiempo», dijo Milei en un mensaje pronunciado desde las escalinatas del Congreso, lo que ha generado reproches de los congresistas argentinos que se se han sentido ofendidos con esta forma de asumir la Presidencia.