Parlamentarios de todo el mundo se dieron cita para intercambiar experiencias y legislaciones en la II Cumbre Mundial Parlamentaria contra el Hambre y la Malnutrición que se desarrolló en el Congreso en Valparaíso y tuvo a la Cámara de Diputadas y Diputados como actor relevante, concluyendo luego de dos días de intensa labor en la suscripción del denominado Pacto Global contra el Hambre y la Malnutrición.
Se trata del establecimiento de un compromiso político amplio que incluirá un monitoreo y seguimiento periódico de los resultados y logros legislativos.
En ese plano, el evento organizado por la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura, FAO, buscó concretar políticas que permitan reducir los índices globales de hambre y la malnutrición. De ahí que la participación de parlamentarios de los cinco continentes resultase clave.
La idea fue identificar y compartir ejemplos de buenas prácticas. Lo anterior con el fin de determinar áreas prioritarias claves para una mayor acción legislativa en materia de seguridad alimentaria y nutrición.
Conclusiones principales
En el texto, más de 200 parlamentarios, 15 presidentes y vicepresidentes de parlamentos nacionales y regionales y órganos parlamentarios de 64 países acordaron comprometerse a trabajar por una transición hacia sistemas agroalimentarios sostenibles, inclusivos, equitativos, resilientes y conducentes a la realización del derecho a una alimentación adecuada para todas y todos.
El pacto pide una mayor participación e implicación de los parlamentos para reforzar el compromiso político. Asimismo, impulsar iniciativas concretas, legislaciones, asociaciones y asignación presupuestaria, entre otras acciones.
Los parlamentarios también se comprometieron a medir su progreso informando sobre los esfuerzos hacia la transformación de los sistemas agroalimentarios. Ello debe incluir las iniciativas emprendidas y las leyes adoptadas.
Combate contra el hambre
Uno de los aspectos que más se relevó en la Cumbre fue el consenso logrado entre las parlamentarias y parlamentarios, sobre la necesidad de actuar en las áreas prioritarias y estimular un compromiso político contra el hambre.
Así lo planteó el subdirector general y representante regional de la FAO, Mario Lubetkin, quien afirmó que lo urgente hoy es lograr otro nivel de cooperación. “Lo que urge es otro nivel de coordinación; eso es este pacto”.
Destacó las leyes que se podrán concretar e interconectar, gracias al compartir experiencias. Ello permitirá “aprender los errores cometidos y aprender las virtudes de leyes y legislaciones que permitan avanzar más rápidamente”. En ese plano sostuvo que se podrá obtener instrumentos legislativos mucho más completos y amplios.
“Son cambios muy profundos y al mismo tiempo buscamos que los parlamentos tengan la capacidad de monitorear a sus gobernantes, para que los presupuestos de los Estados ayuden más y mejor a garantizar una seguridad alimentaria y nutricional”, precisó.
Al respecto el diputado Hernán Palma (IND), planteó que el acuerdo fundamental fue consensuar en que hay que acelerar la transición del sistema agroalimentario. “Yo diría más allá, a una transformación profunda del sistema, de manera de asegurar acercar los objetivos de desarrollo sustentable, fundamentalmente el objetivo de hambre cero al 2030, porque hoy como están las cosas, la malnutrición y el hambre están avanzando en forma acelerada y los desafíos son cada vez mayores”.
Lo propio planteó la diputada Marta González (IND), quien resaltó el ánimo colaborativo, indicando que “toda esa dinámica de compartir información, de hacer la legislatura comparada, de avanzar en estos puntos y de ver qué países tienen que avanzar en ciertas cosas, o que países han tenido mejores resultados, es algo que nos nutre a todos”.