martes, abril 30, 2024

Lautaro Carmona: “Los comunistas somos necesarios en cualquier lucha democrática, pero no somos fuerza suficiente, necesitamos compartir con otras fuerzas”

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El secretario general de la histórica tienda política de la izquierda chilena abordó la agenda nacional y, en especial, los 50 años transcurridos desde el golpe de Estado de septiembre de 1973 que se conmemoran este 2023.

Militante desde antes de los 70, el actual secretario general del Partido Comunista, Lautaro Carmona, es el reflejo vivo de la historia de la más emblemática tienda política de la izquierda nacional desde los finales del gobierno de Frei Montalva a fines de la década de 1960, pasando por el gobierno de la Unidad Popular encabezado por Salvador Allende, los traumáticos sucesos del 11 de septiembre de 1973 que gatillaron la llegada de los militares al poder, la restauración democrática de principios de los años 90, y el intenso devenir que implicó el retorno del partido a un gobierno durante la segunda administración de Michelle Bachelet y,  más intensamente en la actual de Gabriel Boric.

En una larga conversación con el programa Las Cartas sobre la Mesa de Infogate, el histórico dirigente del PC repasó la actualidad política nacional y, en especial, el escenario de la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado que acabó trágicamente con la presidencia del Presidente Allende y entronizo a la Junta Militar en el poder.

 El PC en el actual gobierno

Ya en el escenario político estrictamente local, el dirigente PC reconoció que el espectro político actual es mucho más amplio que el tradicional de 3 o 4 grandes partidos dominantes que históricamente han existido, por lo que el escenario implica mantener la identidad propia, con respeto por las otras tiendas pero también exigiéndolo “para lo nuestro”.

“Así hemos conquistado un espacio de confianza, de que detrás de un diálogo bilateral o multilateral no hay segundas cosas que no sean las que se están conversado, de asumir que la diversidad que tienen las fuerzas de transformación no son un hecho negativo sin una cualidad y por eso hay que hacer que la diversidad funcione y sea capaz de coexistir poniendo en el centro lo que aparece como principal”, siendo este centro en su opinión la lucha contra el sistema neoliberal “que ha articulado a todas estas tendencias”.

Eso sí, destaca que se trata de fuerzas con orígenes distintos tanto por historia, la experiencia política (tanto los integrantes de Apruebo Dignidad por una parte como los de Socialismo Democrático por otra) por lo que, señala, “tenemos que aprender a valorar el aporte que desde otro ángulo hace otra fuerza política, y creo que eso ha sido clave para lograr convivir sin un desgaste, expresando y haciendo intercambio y debate de ideas entre quienes hoy constituimos esta articulación que hoy día son las diez fuerzas políticas que hoy participan del Gobierno”.

Terrorismo y corrupción

En la referencia, lo que fue el programa que levantó Salvador Allende, de las 40 medidas 10 están vinculadas directamente a probidad y lucha contra la corrupción: aquí no habrá nuevos ricos, acá no va a haber automóviles de lujo, acá no va a haber viajes al extranjero con la familia y todo a cargo del Estado. Es decir, un llamado a servir a un proyecto y no a avisar de esa ubicación que se tenga.

“En eso creo que para los comunistas es parte de nuestro capital valórico: luchar por la probidad, luchar contra la corrupción y el abuso”, recalcó.

En relación al terrorismo, Carmona subrayó que el partido “es una fuerza que ha luchado siempre, en primer lugar contra el terrorismo de Estado; siempre combatió el putchismo; siempre se manifestó contra cualquier política que intentara suplantar a un movimiento de masas popular en su lucha en sus reivindicaciones social y democráticas absolutas”.

Reforzar la toma de decisiones en el Gobierno

El Gobierno tiene un programa que como propuesta de país choca en muchos aspectos con la mirada que tiene la derecha y los programas que en los gobiernos de derecha se han planteado como educación, salud, vivienda, previsión y seguridad pública.

Pese las diferencias y la importancia que la actual administración le da a estos temas, Carmona lamentó la posición de minoría que tiene el oficialismo en el Congreso, “y esa zonita de una cierta movilidad de centro que puede darle esas mayorías en la Cámara de Diputados está siempre en disputa y tiene movimientos que a ratos la derecha es capaz cautivar y por lo tanto aparece sin mayoría en la Cámara y no la tiene en el Senado”.

Ante ello recalcó que cuando se tiene que llevar adelante un programa en ese escenario sin mayorías, el Gobierno debe apelar a la fuerza de sus argumentos, a la ciudadanía como corriente de opinión. Sobre esto último, reconoció igualmente que en estos momentos, “cuando es más necesario, el movimiento social que constituye opinión pública, también está debilitado”, refiriéndose en particular a los estamentos sindical, poblacional y estudiantil. Lo preocupante a su parecer es que cuando se acercan confrontaciones que se cruzan entre la necesidad de avance del programa y próximas elecciones,  este movimiento social, con independencia, su propia forma de hablar, debe hacer saber cuáles son sus demandas y debe hacérselas saber a quienes son sus representantes, porque al fin y al cabo el Congreso es un espacio de representación y no es que uno se apropie del cargo y haga lo que se le ocurra”.

El movimiento popular como corriente de opinión, acotó, todavía no es desequilibrante para producir conductas correctas en el seno de instituciones como la Cámara.

De cara a los 50 años: de la UP a los gobiernos democráticos

Recordando los momentos inmediatamente posteriores al golpe de Estado de septiembre de 1973, el secretario general del PC rememoró que “viviendo bajo una dictadura había que tomar decisiones (…) decidí por ausencias tan importantes, quiero nombrar a una que es Carlos Contreras Maluje, asumir el compromiso de vincularme a la actividad clandestina del partido, de la “J” en ese tiempo, y dedicarme todo el tiempo a reorganizar, a promover, a organizar, y en esa condición llegamos hasta el año 89, conociendo los distintos planos de la política del partido, incluyendo el año 80 con lo que fue la política de la rebelión popular de masas”.

Agregó que en 1990 dieron inicio al proceso de transición, con el Partido Comunista fuera del gobierno de la Concertación por opción propia “dada la política que asumía la Concertación pero también por una mirada bastante excluyente respecto de los comunistas, que pueden criticarles muchas cosas pero no podrán criticar que se la jugó por entero para terminar con la dictadura desde el día 0, desde el primer día, y con un mensaje siempre muy amplio, muy abierto, muy integrador, no así la contraparte de nuestros aliados respecto de nosotros.

No dejó de poner en relieve que actualmente, “en la última elección que tenemos, que es con padrón universal con voto obligatorio, el Partido Comunista marca como la primera fuerza de todos los partidos, son 11 partidos que no son de derecha y 10 que son de Gobierno, y eso nos llena de responsabilidades, de desafíos, y de nuevos planteos con vistas a cómo en un mundo bastante complejo y complicado a la vez por el avance que tienen las posiciones de derecha y sobre todo de ultra derecha, tienen las fuerzas de izquierda y las fuerzas que quieren transformaciones estructurales de fondo”.

Con este alentador escenario como fondo, Carmona recalcó que “tomamos fuerza de nuestro acumulado histórico, de nuestra influencia e incidencia para ser un aporte en un marco mayor porque tenemos muy claro que los comunistas somos necesarios en cualquier lucha democrática, democratizadora, pero no somos fuerza suficiente, necesitamos compartir con otras fuerzas, con otras miradas, que somos unos distintos de otros, con una diversidad de visiones, pero en común la bandera de la democracia, de la democratización, de la justicia social, de los derechos de las mayorías, en particular de las y los trabajadores”.

Los énfasis locales del PC en la Unidad Popular

Siempre rememorando el papel del Partido Comunista en el gobierno de la UP entre 1970 y 1973, proyectables a la actualidad, enfatizó que “la gran fuerza del PC es que tiene una raigambre muy fuerte en lo que es nuestra sociedad chilena, en lo que es nuestra idiosincrasia de nuestra clase trabajadora y en lo que son los propósitos, con perspectiva socialista, democratizadores que en cada tiempo histórico ha correspondido”.

En ese sentido resaltó que “somos capaces que, más allá de que la instalación de la lucha por el socialismo en muchos puntos del mundo incluía partido único, el control del Estado de casi todos los espacios de la economía,  nosotros sin embargo teníamos la promoción de la pluralidad a nivel de la conducción de un proceso entre distintos partidos de izquierda, nunca planteamos el partido único para Chile, y también en el plano de la economía de una diversidad: las tres área de propiedad eran una convicción y por eso nuestra empatía y lealtad con Salvador Allende porque fuimos capaces de cumplir con esa propuesta programática que era la economía que hacía falta y que no negaba una perspectiva socialista si entendíamos – y esto es una tercera cosa – el socialismo como la expresión máxima de la democracia”.

“Por tanto –aseguró- nunca se planteó en nuestro proyecto programático como partido y en las luchas que dimos, como un partido único como la no existencia de otros partidos políticos o como la  no existencia de un espacio de debate entre distintos partidos políticos incluyendo los de oposición”.

Enfatizó asimismo que “ahí está también el papel que juega en esto lo que yo diría es una vía revolucionaria que no es solo el uso de la fuerza desde el punto de vista de la lucha armada, si no es la fuerza por la vía de la transformación; y en este caso la vía era institucional, se sostenía sobre la base de que la correlación que se fuera conquistando fuera a través de la expresión de lo que podemos llamar la soberanía popular de la expresión ciudadana del pueblo y así alcanzamos a tener ese espacio que conquistó el movimiento de la Unidad Popular y  que encabezó Salvador Allende”.

PC chileno y PC chino

Carmona hace énfasis en este punto en que la propuesta programática y la perspectiva socialista que postula el Partido Comunista chileno “es, como lo dijera Allende, a la chilena con empanada y vino tinto, con nuestra particularidad”.

Aún más, y recordando al pensador izquierdista peruano José Carlos Mariátegui, aseguró que “ningún proceso es copia o calco de otro”, insistiendo en que sobre esta particularidad el arte de la política y de los políticos “es saber determinar cuál es la expresión exacta a cada realidad histórica”.

Bajó esa lógica, el político nacional evaluó la experiencia del PC chino explicando que “lo que no se dice es de lo que ha sido capaz este proyecto en 20, 30 años: haber producido una movilidad social y sacó 300 millones de personas de la pobreza y produjo una movilidad social (…) ellos viven su experiencia; qué le va a decir uno a China que tiene una cultura milenaria y que aplica esa propia historia de su sociedad a su condición de conducción socialista”.

Además, subrayó que “ellos  no se proponen exportar su proyecto a otros países”, respetando así la diversidad que tienen los distintos proyectos, apuntando a que su visión de las relaciones entre países son de “ganar-ganar” (esto es, que ambas partes saquen provecho del relacionamiento  bilateral), todo lo cual les ha permitido transformarse en una “referencia que equilibra de alguna forma el mundo unipolar”.

Multipolarismo y respeto de otras vías

“Con lo pequeño que somos nosotros miramos este gran país y proyecto pero desde nuestra realidad”, insistió el secretario general del PC, añadiendo que “construiremos desde nuestra idiosincrasia y por eso decimos que el proyecto que encabezó Salvador Allende – que era un proyecto con perspectiva socialista, no era el socialismo- se sostiene en lo mismo que hoy día levantaríamos: un mundo desde el punto de vista partidista pluripartidario, una conducción no de un único partido sino una vanguardia compartida”.

Por eso apunta a un ejercicio donde el sistema de conciencia se representa también en las opciones electorales “y por eso tomamos tan en serio los reveses duros que hemos tenido en las elecciones del 4 de septiembre y del 7 de mayo, y el avance que tienen las fuerzas de la ultraderecha; lo hacemos con un profundo sentido de conocer y autocriticar nuestro propio trabajo, porque va a pasar un cambio una perspectiva de avance de lo nuestro porque seamos capaces de empatizar y porque se construya y se exprese una voluntad de soberanía ciudadana aplastante, y eso es conciencia y batalla de ideas”.

En este punto, hizo hincapié en que así conviven con experiencias como la de Cuba, “que tiene otras proezas, tenemos muchos vínculos de hermandad ya que ellos fueron muy solidarios con nuestro pueblo al momento de la dictadura, tenemos afinidades porque somos países y procesos en español, compartimos espacios como el Foro de Sao Paulo”, subrayando que respetan y solidarizan con dicha experiencia, “tenemos en común una lucha antiimperialista respecto a Estados Unidos, pero nosotros construimos nuestro proceso como otros hermanos de otros países construyen su propio proceso”.

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