lunes, mayo 6, 2024

Monitoreo constante, acción fundamental para el aprendizaje de la lectoescritura

Debe leer

En Chile, más de la mitad de los niños terminan el primero básico sin saber leer ni escribir, situación que se ha profundizado por la pandemia. En Fundación Sara Raier de Rassmuss están abocados a revertir esa situación mediante un monitoreo efectivo del aprendizaje de los alumnos, de manera de ir midiendo los avances y aplicar acciones correctivas oportunamente.

Un año antes de la pandemia, el 60% de los niños que terminaban primer año de enseñanza básica no sabían leer ni escribir, según cifras del Ministerio de Educación. Es decir, 158 mil estudiantes sufrían un rezago fundamental en su aprendizaje, el que traía consecuencias en cursos superiores. Esa situación, presente sobre todo en los sectores vulnerables, se profundizó con la emergencia sanitaria mundial debido a que las clases a distancia no sólo obtuvieron peores resultados que las presenciales, sino que se registró un aumento dramático del ausentismo escolar.

En la  Fundación Sara Raier de Rassmuss, creadores del programa de lectoescritura Alfadeca que ha logrado que un 95 por cierto de sus estudiantes logre niveles de lectura para su edad, apuntan que uno de los factores de su éxito, sobre todo en pandemia, es que consideran un sistema de monitoreo permanente que permite conocer el nivel de desarrollo de habilidades de lectoescritura, “y por lo tanto, le entrega una herramienta fundamental a los docentes para que tomen las decisiones oportunas”, sostiene Pamela Balboa, supervisora de investigación y desarrollo del programa.

Alfadeca, que llega a 3.677 estudiantes de distintos puntos del país, impactó positivamente durante la pandemia en los colegios con que trabaja, dado que en 2021 logró que un 50% de los estudiantes terminaran como lectores y en segundo básico, el 66% se encuentre en categorías adecuadas de lectura correspondiente a su nivel gracias al monitoreo constante como también de la apropiación de esta práctica por parte de los docentes. A pesar de las cifras, la Fundación aclaró que el ausentismo escolar les permitió monitorear sólo al 79% de los estudiantes de 1° básico y al 38% de 2° básico.

Debido a su importancia, Alfadeca entrega a los profesores herramientas para que monitoreen el desarrollo de habilidades de sus estudiantes planteando acciones de mejora oportunas y eficaces para alcanzar la meta, que es que aprendan a leer y escribir. Además, instala competencias por medio de mentorías con el objetivo que los docentes vislumbren los beneficios de conocer en detalle los avances de sus alumnos.

La metodología de Alfadeca se estructura en base a pasos, planificados para cinco clases que, al finalizar cada uno, se debe monitorear y así por medio de la reflexión, poder tomar medidas que permitan avanzar. Además, por medio de las mentorías se busca apoyar a los docentes con ejercicios o acciones que aborden a los estudiantes que lo requieran para el logro del objetivo.

La creadora del programa Alix Anson explica que “como docentes queremos lograr una evaluación formativa significativa, para saber cómo están progresando nuestros estudiantes y cómo apoyar a los que están detrás”. Por lo mismo, el programa les muestra a los mismos niños en qué nivel están y, por lo tanto, la retroalimentación de los profesores es mucho más eficiente.

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