En medio de la pandemia, la OMS ha asegurado que para mantener la atención médica universal se necesitarían al menos 18 millones de nuevos profesionales del área. En este escenario, emergen nuevas tecnologías que permiten aumentar la cantidad de pacientes alcanzados sin requerir médicos adicionales.
La desigualdad en el acceso a la salud es un problema que afecta a todas las naciones, especialmente a aquellas de menos ingresos, desde mucho antes de la pandemia. De acuerdo a las últimas cifras oficiales de la Organización Mundial de la Salud, OMS, cerca de la mitad de la población mundial carece de acceso integral a servicios de salud básico y alrededor de cien millones de personas son arrastradas cada año a la pobreza extrema tratando de hacer frente a sus gastos médicos.
Este dilema está lejos de resolverse ya que, según la misma entidad, para 2030 se necesitarían 18 millones de nuevos trabajadores de la salud, sin embargo ya se prevé una escasez de ellos, al mismo ritmo que la población envejece. Cómo afrontar este reto es uno de los temas que preocupa a las autoridades a nivel internacional, en momentos en que la salud está en la palestra máxima y cuando todos los Estados miembros de las Naciones Unidas han acordado avanzar para alcanzar la cobertura sanitaria universal a más tardar en 2030.
En este complejo escenario ha surgido un importante aliado: la tecnología. Para la Dra. Nelly Baeza, vicepresidenta de la Sociedad Chilena de Salubridad (SOCHISAL), “la tecnología siempre ha colaborado en que podamos preservar la vida de las personas, desde el estetoscopio, los rayos X, las vacunas, los antibióticos; hasta hoy que estamos innovando en células madres, nanotecnología y TICs. Sin embargo, estas tienen un costo y cada país según su per cápita va a invertir más o menos en ellas”.
Lo cierto es que hoy diversas soluciones están permitiendo mejorar el alcance de la atención que un solo médico puede entregar, garantizando el acceso a salud de calidad para todas las personas, especialmente de los pertenecientes a sectores más vulnerables. En Chile, el emprendimiento Vitaltec ha traído al país distintas innovaciones que facilitan al médico emitir un diagnóstico de manera remota en base a exámenes certeros, descomprimiendo así el sistema de salud. Una de ellas es TytoCare, una plataforma médica integral, que a través de un dispositivo de alta tecnología permite realizar exámenes guiados a distancia, en cualquier momento y lugar. El dispositivo, del tamaño de una pelota de tenis, examina corazón, pulmones, garganta, ritmo cardíaco y temperatura corporal, entre otros, posibilitando un completo seguimiento a pacientes aislados por confinamiento, a aquellos que han preferido no acudir a centros asistenciales y a los que llevan meses esperando por una hora médica en el aparato público.
TytoCare, que fue recientemente elegida por Forbes como una de las 10 innovaciones destacadas en tiempos de Covid, ya ha impactado positivamente en el sistema chileno, “pues para masificar su uso generamos un movimiento llamado Contagiemos Salud, donde los Municipios disponen del personal médico y a través de Tyto Care se realizan operativos donde un solo profesional puede diagnosticar y definir tratamientos con datos concretos a más de 50 pacientes día”, señala David Batikoff, fundador de Vitaltec. Uno de los objetivos 2021 es beneficiar a un número mayor de personas, llegando a las 350.000, y aportar así a resolver el tan comentado problema de las listas de espera que, para la Dra. Baeza “siempre existirá , porque no existe un médico especialista en cada casa de las personas, que esté disponible 24/7. Por ello lo importante es la gestión de la Lista de Espera y en esto nuestro país ha avanzado mucho”.
Quizás uno de los aspectos más interesantes es que la tecnología puede abrir puertas a atenciones a un costo menor que el sistema tradicional. En el caso de TytoCare “una consulta con esta plataforma se concreta a un costo 9 veces menor que el usual, al mismo tiempo que aumentamos significativamente el alcance y la frecuencia. Eso es justamente lo que ha llamado la atención de otros países con los que estamos haciendo alianzas, como son Panamá y Costa Rica”, enfatiza Batikoff.
Respecto a las experiencias de referentes en el uso de tecnologías, la vicepresidenta de la Sociedad Chilena de Salubridad (SOCHISAL) asegura que “Estados Unidos, Canadá, Israel, Europa, Rusia, China son ejemplos a seguir y en América latina, Brasil. Se necesitan muchos recursos para invertir en tecnología, especialmente en células madres y nanotecnología que van a cambiar el tratamiento de las enfermedades. A futuro se podrá por ejemplo implantar un páncreas a un niño diabético y que sea normal. Estamos cada vez más cerca de que eso esté disponible para países con menos recursos”.