Pero ¿hay apego igualmente en estos casos? La profesional del Colegio de Nutricionistas y Promotora de la Lactancia Materna, Gabriela Tranchino, entrega consejos para que este proceso se de con el mismo cariño entre cualquier madre y su hijo.

Si bien están más que evidenciados los múltiples beneficios de la Lactancia Materna, tanto para él bebe, como para la madre, las familias y la sociedad, lo cierto es que muchas madres tienen que recurrir a fórmulas sucedáneas de la leche materna para alimentar a sus bebés.

Este acto si bien está muy normalizado, genera en las madres la sensación de que, por ejemplo, no son buenas madres, o que su hijo está en desmedro en la parte emocional por no poder alimentarlo con lactancia materna. Un sentimiento que es reafirmado por la sociedad, principalmente cuando hoy hay una tendencia a defender el derecho a amamantamiento y a priorizar la leche materna por sobre otros alimentos, algo que es positivo, pero que por otra parte resulta un efecto negativo en aquellas mujeres que no pueden amamantar.

“Si este es el caso, la madre tiene que estar segura y tranquila que un sucedáneo de leche materna se puede entregar con el mismo amor y cariño y que no afectará el hermoso vínculo que tiene una madre con su bebé. Organismos internacionales han establecido que, si bien el 95% de las madres está capacitadas para amamantar y que solo un grupo reducido de enfermedades y tratamientos farmacológicos son contraindicaciones absolutas para la lactancia materna, aun así, existen múltiples factores (sociales, emocionales, culturales y laborales) que hacen que las madres tengan que combinar la lactancia materna con fórmulas sucedáneas de leche materna, o de plano es suspendida totalmente. En estos casos la madre, por ningún motivo debe sentirse culpable, ya que igualmente puede establecer un vínculo afectivo con su bebé”, explica Gabriela Tranchino Poblete, Promotora en Lactancia Materna de La Liga Chilena de Lactancia Materna y vocera del Colegio de Nutricionistas Universitarios de Chile A.G.

Para los Nutricionistas, no cabe duda de la superioridad de la leche materna, en comparación a los sucedáneos de la leche materna, y siempre se va a promover como la primera opción de alimentación para el bebé.

Aunque, cuando hay razones médicas (de salud) de fuerza mayor, donde la madre no podrá amamantar, las fórmulas maternizadas (lácteas) serán la opción, siempre buscando el bien mayor que es la salud del bebe, lo que no debe desanimar a la madre, entregándola con el mismo amor que lo haría amamantando.

Según cifras del Ministerio de Salud, la Lactancia Materna exclusiva al sexto mes alcanza el 57%. Ante esta realidad, la pregunta surge es qué pasa con el resto de las madres que por diversos motivos no pueden amamantar a sus bebés.

“Entre los innumerables beneficios de la Lactancia Materna, como la prevención de enfermedades y la entrega de múltiples nutrientes para él bebe, está que mejora el vínculo de apego madre e hijo, que tiene como característica principal la búsqueda de confort y seguridad de un cuidador estable (la madre), siendo el primer contacto y relación que tiene el bebé con otro ser humano. Este vínculo tiene incluso implicancias cuando este bebé es adulto. Por ejemplo, estudios sobre lactancia y el vínculo de apego, demuestran que la lactancia materna se asocia a menor riesgo de negligencia y maltrato infantil”, agrega la profesional.

Gabriela Tranchino dice que la Lactancia es un factor favorecedor de este proceso, ya que la Lactancia Materna no es solo alimento y nutrición, sino amor, preocupación, consuelo y contacto físico.

“Cabe destacar que este proceso se puede lograr de igual manera, cuando la madre no puede amamantar a su bebé. Es importante que sepa que de todas maneras se podrá establecer un buen vínculo de apego madre-hijo. Lo más importante, es que la madre, en el momento para alimentar a su hijo lo haga con cariño y amor, siempre mirándolo a los ojos, hablándole en forma suave, y queriéndolo a cada momento.”, recomienda la nutricionista.

La profesional entrega algunas señales de un correcto vínculo de apego del bebe con su madre:

• Está contento y tranquilo.

• Mirada atenta a su madre y su alrededor.

• Correcto proceso de succión y deglución.

• Tiene un patrón de alimentación correcto.

• Manifiesta hambre.

Siguiendo estos pasos, es posible lograr el llamado apego y la conexión entre una madre y su hijo, aunque a éste, no se le pueda alimentar con leche materna.