No es primera vez que Chile debe enfrentar complejidades con el régimen de Venezuela. No ha habido colaboración alguna por ejemplo con la crisis de migrantes, nunca ha entregado antecedentes por las decenas de delincuentes y criminales venezolanos que han llegado a Chile y que han perpetrado horrendos crímenes en el país, tal como está ocurriendo con el caso del secuestro del ex militar Ronald Ojeda Moreno que tenía estatus de refugiado -quizás un error de Chile al entregar esa condición a ese señor- y la respuesta del Gobierno chileno ha sido de una lentitud y abismante y pero aún las reacciones oficiales son peores que dan cuenta de la falta de manejo en este tipo de crisis a la cual tampoco ayudan los comentarios políticos tanto del oficialismo como de la oposición y para que decir la Cancillería que sigue dando muestras de una crisis que arrastra por décadas, en tanto, la comunidad venezolana en Santiago se da el lujo de increpar al Gobierno alzando groseramente la voz pero cuando sus nacionales cometen horrendos crímenes guardan silencio, para que decir el embajador de Chile en Caracas un viejo político como es Jaime Gazmuri ha brillado por su ausencia.
Pero la guinda de esta torta agria la puso el subsecretario Manuel Monsalve, asegura que se «se han pedido gestiones diplomáticas» lo que evidencia la torpeza chilena y seguramente Maduro y sus aliados se deben reír a mandibula batiente porque han dejado en ridículo a Chile que ha quedado a merced de la criminalidad venezolana.
