martes, mayo 7, 2024

A BORDO DEL BUQUE USS BATAAN (AP) — Cuando comenzaron los ataques con misiles y buques de guerra en el mar Rojo, los tripulantes del buque de guerra estadounidense USS Bataan trabajaron todo el día para asegurarse de derribarlos antes de que llegaran a los buques mercantes que pasaban.

Semanas después, siguen perfeccionando la operación con entrenamiento y simulaciones, junto con varias decenas de hipótesis de combate, a pesar de desplazarse hacia el norte hasta el Mediterráneo, donde el tráfico marítimo comercial corre escasos riesgos.

La marina estadounidense está modificando su despliegue de buques de guerra en el Oriente Medio para mantener su dominación en la región, ante la perspectiva creciente de que la guerra de Israel contra Hamás detone un conflicto regional.

El buque encabeza la fuerza estadounidense en el Mediterráneo oriental, después del nuevo portaviones USS Gerald Ford, que regresó al país en Año Nuevo.

El Bataan y dos buques de apoyo, el USS Mesa Verde y el USS Carter Hall, tienen una dotación total de casi 2.500 marines y marineros.

El teniente coronel de marines Jeremy Hawkins, uno de los planificadores principales de la flota, dice que la composición de la fuerza naval de función múltiple es la ideal para la naturaleza compleja del conflicto y las fuentes regionales de tensión relacionadas con este.

“Podemos operar de manera verdaderamente autónoma en aguas internacionales y el espacio aéreo. Eso nos da mucha libertad para operar”, dijo. “Flotamos sobre un pedazo de Estados Unidos dondequiera que estemos”.