En el ámbito laboral chileno, persiste una marcada brecha de género que se refleja en la remuneración de las mujeres en comparación con los hombres, según revela el Cuarto Reporte de Indicadores de Género en las Empresas en Chile 2022. El informe, elaborado por el Ministerio de Hacienda y Economía, la Fundación ChileMujeres y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), destaca que las mujeres perciben ingresos en promedio un 21,7% inferiores a los hombres. Esta disparidad se amplía al 30,1% en empleos informales, mientras que en empleos formales se reduce a un 18,8%.
Un análisis adicional de Trabajando.com revela que las mujeres solicitan un 26% menos de salario que los hombres en el mismo puesto gerencial. Este estudio se basa en datos de sueldos líquidos entre septiembre y octubre de este año, demostrando que las mujeres tienden a pedir alrededor de $2.450.000 en puestos gerenciales, mientras que los hombres solicitan $3.320.000.
Claudia Barrera, economista y gerente de finanzas corporativas en PKF Chile, comenta sobre esta disparidad salarial. Barrera destaca que la brecha salarial objetivamente cuantificada indica una injusticia per se, ya que las mujeres están siendo menos remuneradas que los hombres a pesar de tener un nivel de productividad igual. Barrera señala que si bien pueden existir diferencias legítimas en la productividad entre individuos, también hay brechas injustificadas que deben abordarse.
En relación con las personas más jóvenes, Barrera destaca que pueden experimentar brechas tanto por diferencias de productividad como por un desconocimiento de su verdadera contribución. La falta de información y ciertos prejuicios pueden llevar a brechas injustas que no reflejan adecuadamente el aporte de los trabajadores, independientemente de su género.
En cuanto a las soluciones, Barrera sugiere que la administración por objetivos, que evalúa regularmente a los trabajadores en función del cumplimiento de metas, puede ser un mecanismo efectivo para identificar y reducir las brechas salariales. Señala que las medidas propuestas por el Gobierno, aunque bien intencionadas, pueden no ser tan efectivas al enfocarse en generalidades y no tener en cuenta las diferencias de productividad entre individuos.
Carolina Cartes Cortés, Latam Manager de Ecometric, aborda las repercusiones de esta brecha en las mujeres. Destaca que las consecuencias van desde la sensación de no ser valoradas hasta la predisposición a enfrentar discriminación al negociar salarios. Esto puede desincentivar el crecimiento profesional y afectar la autoestima y motivación de las mujeres en el ámbito laboral.
En cuanto a las personas más jóvenes, Cartes Cortés destaca que, a pesar de la conciencia creciente sobre estas problemáticas, persisten patrones en la elección de carreras profesionales, lo que contribuye a la brecha de género en sectores como STEM. Propone medidas como políticas de igualdad de oportunidades, eliminación de sesgos de género y fomento de la diversidad e inclusión para abordar la brecha desde su raíz.
Las expertas subrayan la necesidad de medidas específicas que identifiquen y aborden las causas subyacentes de la brecha salarial, tanto en términos de productividad como de discriminación de género. La administración por objetivos, la promoción de la igualdad de oportunidades y la eliminación de sesgos son clave para cerrar estas brechas injustas en el ámbito laboral.