viernes, noviembre 22, 2024

Muerte de Navalny agita las aguas en Occidente contra Rusia, y responsabiliza directamente a Putin

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Desde Europa hasta América aumentan las reacciones en contra del gobierno de Vladimir Putin tras la muerte de una de las figuras más prominentes de la oposición rusa: Alexéi Navalny.

Naciones Unidas pidió el fin «de la persecución» a opositores en Rusia y líderes de la comunidad internacional como la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el alto representante de Exteriores de la Unión Europea, Joseph Borrell, o el el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, señalan directamente una presunta responsabilidad del Kremlin un su deceso. 

En paralelo, se han registrado numerosas protestas en países de Europa Occidental, Georgia y Armenia, en estos dos últimos países llevadas a cabo principalmente por refugiados rusos que huyeron de su país ante el endurecimiento de las condiciones políticas y económicas tras la invasión rusa a Ucrania.

Navalny murió este 16 de febrero tras una extensa lucha contra la corrupción en su país, en medio de la cual fue encarcelado, y a un mes de los comicios presidenciales de marzo, en los que Vladimir Putin se presenta a la reelección sin oposición real.

Europa en picada

El anunciado deceso de Navalny es «un sombrío recordatorio de lo que son Putin y su régimen (…) No teme a nada tanto como a la disidencia de su propio pueblo», aseguró la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, quien, además manifestó sentirse «profundamente consternada y entristecida».

En una postura similar se expresó el alto representante de Asuntos Exteriores de la Unión Europea, Josep Borrell.

“Conmocionado por los informes de los medios sobre la muerte de Alexéi Navalny, un hombre muy valiente que dedicó su vida a salvar el honor de Rusia, dando esperanza a los demócratas y a la sociedad civil. Mientras esperamos más información, seamos claros: esto es responsabilidad exclusiva de Putin”, declaró.

Por su parte, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos aseguró estar «indignado» por la muerte en prisión de Navalny y pidió el «fin de la persecución» a los opositores en Rusia, en un comunicado de prensa.

«Todos aquellos que se encuentran detenidos o han sido condenados a diversas penas de prisión por el legítimo ejercicio de sus derechos, incluido el derecho a la libertad de reunión pacífica y de expresión, deben ser puestos en libertad de inmediato y todos los cargos presentados en su contra deben ser abandonados», dijo el texto publicado por la ONU.

Entretanto, desde el Gobierno de Polonia, tampoco titubearon en acusar al mandatario ruso.

«Mi corazón está ahora con la familia de Alexéi Navalny, que es un héroe y un símbolo para todos los demócratas rusos. La culpa de este hombre fue que desafió a Vladimir Putin (…) Fue condenado en un juicio por cargos falsos y con pruebas falsas. En prisión permaneció en condiciones terribles. Vladimir Putin es responsable de todo esto», sostuvo el canciller polaco, Radoslaw Sikorski.

El canciller alemán, Olaf Scholz, calificó de terrible la información sobre la muerte y dijo que éste pagó su valentía con la vida cuando regresó a Rusia tras recuperarse en Berlín de un envenenamiento.

En el mismo sentido se ha manifestado el primer ministro británico, Rishi Sunak. Lamentó “la terrible noticia” y recordó su valentía como gran defensor de la democracia en Rusia.

El ministro francés de Exteriores, Stéphane Séjourné, afirmó que Navalni, “ha pagado con su vida su resistencia a un sistema de opresión”, el del “régimen” de Vladimir Putin.

Algunas voces en Europa se abstuvieron a señalar de forma directa a Moscú, pero le exigieron explicaciones. Ese fue el caso del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez. Navalny fue «injustamente encarcelado por el régimen de Putin por su defensa de los derechos humanos y la democracia (…) Mis condolencias a su familia y amigos y a todos los que en Rusia defienden los valores democráticos y pagan por ello el más alto de los precios», aseguró.

Por su parte, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, aseguró que Rusia tiene “preguntas muy serias que responder” por la muerte del opositor ruso y también exigió a Moscú establecer todos los hechos sobre lo sucedido.

“Todos los hechos deben establecerse y Rusia tiene preguntas serias que responder”, afirmó el político en declaraciones a la prensa en la Conferencia de Seguridad de Múnich.

La vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, afirmó que Rusia es “responsable” de la muerte del opositor, que a su juicio es otra señal de la “brutalidad” del presidente Vladímir Putin.

“Si se confirma, esto sería una señal más de la brutalidad de Putin. Cualquiera que sea la historia que cuenten, dejemos claro que Rusia es responsable”, señaló Harris al inicio de su intervención en la Conferencia de Seguridad de Múnich, en la que, según dijo, estaba la esposa del opositor ruso, Yulia Navalnaya.

«Nuestras condolencias van para su esposa y su familia, más allá de eso, su muerte en una prisión rusa y la fijación y el miedo de un hombre solo subrayan la debilidad y la podredumbre en el corazón del sistema que Putin ha construido. Rusia es responsable de esto», remarcó a su vez el secretario de Estado de EE.UU, Antony Blinken, tras conocer la noticia.

«Fue un luchador tan fuerte por la democracia, por las libertades del pueblo ruso. Realmente muestra hasta qué punto Putin reprimirá a cualquiera que luche por la libertad del pueblo ruso (…) Es una tragedia y es algo que hace que el mundo entero recuerde exactamente qué monstruo es Putin», subrayó el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau.

¿Habrá consecuencias para Rusia tras la muerte de Navalny?

En los últimos años, los Gobiernos occidentales impusieron sanciones contra Moscú por hechos relacionados con Alexéi Navalny. En febrero de 2021, la Unión Europea anunció sanciones contra cuatro altos funcionarios cercanos a Putin, como respuesta al envenenamiento del activista contra la corrupción.

Y en marzo de ese mismo año, Estados Unidos hizo lo mismo contra siete funcionarios de la Administración de Putin. Entre las medidas estuvo el congelamiento de sus activos. Además, 14 entidades asociadas con la producción de agentes biológicos y químicos en Rusia -incluidas 13 firmas comerciales y un instituto de investigación gubernamental- recibieron medidas punitivas.

Pero Moscú se mostró desafiante y aseguró que esas medidas no tenían efecto.

Las tensiones entre Rusia y Occidente escalaron en abril de 2021, cuando la salud de Navalny se vio nuevamente comprometida.

La Administración de Joe Biden le comunicó a Moscú que habría “consecuencias” si el crítico del Kremlin moría, ya que en ese momento se encontraba en un delicado estado de salud por una huelga de hambre, que inició por no recibir atención médica adecuada para sus dolores de piernas y espalda.

El tono de las advertencias continuó a medida que el Kremlin ejercía mayor presión sobre su crítico. Y a finales de 2023, en medio de las preocupaciones por no conocerse el paradero de Navalny -que semanas después apareció en una lejana prisión del círculo Ártico-, el Kremlin pidió a Occidente no entrometerse en lo que llamó asuntos internos.

Aun bajo advertencias, sanciones y amenazas, el Gobierno de Vladimir Putin continuó estrechando el cerco contra Navalny, incluido el aumento en las condenas de prisión y un mayor aislamiento, lo cual desembocó en el fatal desenlace de esta jornada, del cual pocos parecen dudar de la culpabilidad directa del régimen de Moscú.

(Con información de France24 y EFE)

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