Muchos se preguntan cómo Antonia Urrejola la abogada de DDHH y totalmente inexperta en derecho internacional llegó a ser la Canciller de Chile en el gobierno de turno, canciller que desde el minuto uno de su asunción ha sido marcada por la errónea conducción con vergonzosos episodios como lo ocurrido con el Rey de España el día de toma del poder del Presidente Boric, los incidentes con el embajador de Israel, la situación con el embajador de Argentina quien además critica duramente a Chile ante el mutismo de Urrejola y la nula reacción ante la ofensiva político-comunicacional de argentina que afinza sus reclamaciones de derechos soberanos en la Antártica, la vulneración de acuerdos de libre tránsito por el Estrecho que ha hecho permanentemente la Argentina al oponerse a la navegación de buques que provengan o vayan a las Falklands -Malvinas según Argentina, islas bajo soberanía británica), la crisis migratoria; la crisis por los incendios, es decir son múltiples y permanentes los problemas que arrastra Urrejola una suerte de canciller ausente o totalmente desinteresada en los verdaderos problemas que enfrenta la nación y que la tienen en el número uno de la lista de cambio de ministros en el inminente cambio de gabinete.
Recordemos de Antonia Urrejola no es un «descubrimiento» del equipo de Boric que armó el gabinete; Urrejola es una «vieja conocida» que se inició en la Concertación: se inició en el gobierno de Aylwin, donde participó en la Comisión Especial de Pueblos Indígenas y que luego se transformó en la Conadi. En el gobierno de Frei Ruiz-Tagle trabajó como asesora en el Ministerio de Bienes Nacionales. En la administración de Lagos trabajó en el Ministerio de Planificación y Cooperación, y fue designada como su representante en la Conadi entre 2000 y 2004.
Pero sin duda la fuerza de su apoyo actual se la entrega nada menos que su más extenso exjefe, el ahora senador José Miguel Insulza, con quien trabajó por años desde cuando el «Panzer» estaba en Interior y luego lo acompañó a la OEA como su jefa de gabinete entre 2005 a 2015. En el 2018 asumió como comisionada de la Comisión Interamericana de Derechos Human,os cargó que mantuvo hasta su nombramiento en Chile. Por ello no llama la atención la «panzeresca» defensa que este sábado su ex jefe hace de su asesora en el Mercurio donde asegura con pomposo titular -el que usamos en esta nota- «No se justifican en absoluto las críticas que se le han hecho a la canciller.»