Varios docentes y Premios Nacionales de Historia rechazaron este lunes la idea de dejar los ramos de historia y educación física como opcionales para tercero y cuarto medio, culpando a los Gobiernos de Michelle Bachelet y Sebastián Piñera de tratar de imponer una “reforma neoliberal” y buscar la forma de anular el “pensamiento crítico y emancipatorio”.
A través de un comunicado, 16 historiadores y académicos, entre los que destacan Gabriel Salazar (Premio Nacional de Historia 2006), Julio Pinto Vallejos (Premio Nacional de Historia 2016), Jorge Pinto Rodríguez (Premio Nacional de Historia 2002) y Lautaro Núñez Atencio (Premio Nacional de Historia 2002), señalan que “una vez más, las fuerzas que sostienen y se benefician del orden neoliberal en Chile han lanzado un ataque en regla contra el pensamiento crítico y emancipatorio, esta vez recortando la asignatura de Historia de los planes de estudio de la Enseñanza Media”.
En ese sentido, mencionan que “lo intentaron infructuosamente el año 2010, durante el primer gobierno de Sebastián Piñera, cuando su ministro de Educación, Joaquín Lavín, intentó disminuir a la mitad las horas de enseñanza de Historia, Geografía y Ciencias Sociales en la Enseñanza Media. La firma resistencia de las comunidades educacionales, encabezadas por historiadores/as, profesores/as y estudiantes de Historia se lo impidió”.
Sin embargo, la responsabilidad se la traspasan luego al segundo gobierno de Bachelet cuando en el Ministerio de Educación y en el Consejo Nacional de Educación (CNED) “empezó a gestarse una nueva reforma destinada a impedir el desarrollo del pensamiento crítico y emancipatorio en la juventud a través de la enseñanza e Historia en los liceos y colegios”.
Además, afirman que los argumentos entregados tanto por el Mineduc como por el CNED, indicando de paso que lo que se busca es “reforzar solo aquellas competencias de los estudiantes en tanto futuros trabajadores y consumidores acríticos del modelo”.
“El centro de esta reforma tecnocrática (urdida por ocho personas, cuatro de ellas designadas por Bachelet, una por Piñera y tres por distintos organismos educacionales públicos y privados) tiene un claro contenido ideológico pues busca conquistar la hegemonía sobre los usos sociales de la memoria y de los saberes históricos, despojando de estas competencias a quienes más lo necesitan”, mencionan.
Asimismo, señalan que esto es un operación política y cultural “deliberada” que es implementada por la “alta tecnocracia estatal” que se refleja en la composición del CNED con cinco mujeres y tres hombres, “ninguno de los cuales pertenece al área de las Humanidades, de las Ciencias Sociales, de las Artes ni de la Educación Física”.
Los historiadores también cuestionan a quienes idearon la reforma, afirmando que al parecer entienden la historia como el aprendizaje memorístico de fechas, personajes y realizaciones “desvinculadas de procesos más profundos, concepción que los mueve a pensar que el saber producido por esta disciplina es “prescindible” justo en el momento en que los individuos empiezan a adquirir mayor madurez”.
En esa línea, agregan que lo que busca la idea del Mineduc es el “adoctrinamiento para la formación de sujetos irreflexivos, incapaces de contrastar conceptos teóricos con la realidad pasada y presente, por ende, dóciles reproductores del orden existente. Lo que significa, al mismo tiempo, privarlos del ejercicio de su soberanía, desmintiendo de paso, el supuesto objetivo de “formación ciudadana””.