• El artista visual chileno critica la decadencia política occidental y se burla de las nuevas derechas, con esculturas de Netanyahu, Milei, Abascal, Ayuso y Martínez-Almeida, quienes a modo de séquito, fueron ubicadas bajo la figura de Donald Trump.  La acción denuncia la pasividad frente al genocidio en Gaza.

El artista Nicolás Miranda sorprendió con una nueva intervención en la reproducción del Despacho Oval de la Casa Blanca en el Museo de Cera de Madrid. En su acción el creador chileno insertó esculturas de Benjamín Netanyahu, Javier Milei, Santiago Abascal, Jose Luis Martínez-Almeida e Isabel Díaz Ayuso, bajo la mirada de la figura de Donald Trump, configurando una escena de crítica política en pleno espacio turístico.

El proyecto, cuyo título remite a la película de culto estadounidense Chucky, ‘Child’s play’, construye un retablo de la decadencia occidental contemporánea, protagonizado por personajes de una ultraderecha, que contemplan pasivamente los registros fotográficos y audiovisuales del genocidio en Gaza, Palestina.

Miranda quien en 2023 revolucionó España con su última producción “Estrategias parasitarias para la sobrevivencia en un mundo cruel”, al posar una escultura de 170 cm del rey emérito Juan Carlos I con un rifle de caza amenazante, apuntando a “El Oso y el Madroño”, símbolo de la identidad de la capital española; vuelve a incurrir con una intervención visual, sin el permiso del Museo de Cera de Madrid, aunque sí con mucho respeto.

El artista Nicolás Miranda sorprendió con una nueva intervención en la reproducción del Despacho Oval de la Casa Blanca en el Museo de Cera de Madrid.

‘Child’s Play’: Chucky, y los muñecos diabólicos

El proyecto ‘Child’s play’ se sitúa en tiempos convulsos y hostiles, en los que el instinto feroz de supervivencia animal se impone sobre la razón humanitarista.

Según Nicolás Miranda: “la propuesta consiste en una intervención -arte de acción- inscripta en lo que se entiende como sitio específico, en este caso es el Museo de Cera de Madrid y particularmente el diorama que representa el Despacho Oval de la Casa Blanca. Este nicho está compuesto por las esculturas de Barack Obama, Donald Trump y Melania Trump, los dos primeros presentan un sillón vacío, dispuesto para que las y los visitantes se saquen fotografías en tan distinguido lugar”.

Y precisa: “formalmente la intervención implica infiltrar, camuflar y acoplar cinco esculturas en el espacio antes nombrado: Netanyahu vestido como Chucky (el muñeco diabólico) y sentado en el sillón para visitantes, Milei como un perro de chalet a los pies del mandatario de USA, mientras Santiago Abascal, Isabel Diaz Ayuso y José Luis Martínez Almeida se posan como roedores cual película de Disney”.

Al reflexionar sobre su trabajo, Miranda destaca “partiendo de la premisa que señala que las artes visuales, y en particular el concepto de imagen funcionan como un sistema combinatorio de signos, como un fenómeno lingüístico en sí (y no un vehículo de mensajes), esta propuesta se enfoca en operaciones, modos y estilos en los que la máxima «el medio es el mensaje» resulta fundamental”.

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