Los senadores Alfonso de Urresti (PS), Luz Ebensperger (UDI), Gastón Saavedra (PS), Rodrigo Galilea (RN) y Ricardo Lagos Weber (PPD) ingresaron este jueves un proyecto de reforma constitucional que busca modernizar el sistema político y electoral del país.
El objetivo de la iniciativa busca responder a las demandas ciudadanas de un sistema más representativo, transparente y funcional, abordando problemáticas que han deteriorado la confianza en las instituciones democráticas.
“Hay un amplio consenso de buscar mayor estabilidad política, mayor representatividad y mayor gobernabilidad a ambas cámaras, con una representación, con un sistema que avance en elementos que fueron absolutamente de consenso en el acuerdo constitucional, principalmente en la Comisión de Expertos. Y por eso estamos abriendo un debate”, indicó De Urresti.
Agregó que “este es un proyecto bien consensuado, bien trabajado, pero que abre un debate precisamente para poder tener un sistema de un umbral electoral en materia de definición de las elecciones tanto de diputados como de senadores, la regulación de aquellas personas que ingresando como independientes, ingresando de un partido, luego terminan en esa condición”.
“También la situación desde el punto de vista de disciplina partidaria, de orden de funcionamiento de los partidos, principalmente en aquellos temas sensibles y reglas constitucionales para la formación, transparencia y control en los partidos políticos, para que sean más democráticos y tengan mayor representatividad”, mencionó.
El proyecto, que ha logrado un apoyo transversal entre los senadores marcando un avance significativo en la discusión política, propone modificaciones clave al sistema electoral, incluyendo la redistribución equitativa de escaños según la población de cada distrito, con actualizaciones cada diez años.
Asimismo, establece un umbral mínimo del 5% de los votos válidamente emitidos a nivel nacional para que los partidos políticos puedan participar en la distribución de escaños en la Cámara de Diputados. Esto busca reducir la fragmentación partidista y fomentar la consolidación de partidos más representativos.
Otra medida destacada es la cesación inmediata del cargo para los parlamentarios que renuncien al partido que declaró su candidatura o realicen cambios de afiliación política incompatibles con su lista de elección, siendo reemplazados por el ciudadano designado por dicho partido. Esta disposición tiene como objetivo garantizar la probidad y la lealtad hacia los votantes.
Además, para la elección parlamentaria de 2025, se contempla una norma transitoria que reduce el umbral mínimo al 4%, permitiendo transiciones ordenadas y facilitando la fusión de partidos de un mismo pacto electoral.
“Estamos frente a un sistema político que ya cumplió su ciclo, tenemos que mejorarlo porque así mejoramos la democracia. Y ¿cómo queremos mejorar la democracia? Acercándonos más a la ciudadanía, buscando mayores acuerdos, evitando la mayor polarización que se ha venido dando en el último tiempo (…) Lo que busca esta reforma al sistema político es precisamente un mejor funcionamiento del Congreso, de la Cámara y del Senado para estar en sintonía con la ciudadanía y ser capaces de resolverles más prontamente aquello que ellos piden”, señaló la senadora Ebensperger.
El proyecto también incorpora medidas clave para fortalecer el sistema político, como la prohibición de listas formadas únicamente por candidatos independientes, promoviendo así la consolidación de partidos políticos y evitando fenómenos populistas que debilitan los idearios partidarios.
Además, se establecen nuevas reglas de transparencia y control para la formación, financiamiento y disolución de partidos, incluyendo la obligatoriedad de una contabilidad pública y la prohibición de recibir aportes de personas jurídicas distintas del Fisco. Estas medidas, inspiradas en experiencias internacionales, buscan reducir la atomización partidaria y garantizar que los partidos políticos cuenten con una base sólida y cumplan con altos estándares.
“No existe una solución única para este tipo de situaciones, pero lo que estamos proponiendo se basa en experiencias internacionales que han abordado este problema y lo han resuelto de manera razonablemente efectiva. Un ejemplo de tantos que existen a nivel mundial es el de Alemania, donde se aplica la regla de la unidad del 5%”, señaló Galilea.
“Según esta norma, los partidos que no alcanzan ese umbral de apoyo popular no pueden elegir representantes parlamentarios. Existen otros países, como Perú, que también aplican la misma regla del 5%. Todos ellos han aprendido que, cuando hay demasiados partidos políticos, en lugar de fomentar un debate constructivo y creativo, lo que ocurre es que se genera un ruido constante del cual es difícil salir. Este tipo de situaciones comienza a alimentar intereses identitarios que desvían la atención de los grandes problemas nacionales. Es precisamente ese esfuerzo el que estamos llevando a cabo aquí. A algunos les podrá convenir, a otros no, pero lo que realmente nos importa a nosotros es el futuro del país”, agregó.
Este proyecto surge como respuesta a los desafíos del sistema proporcional implementado en 2015, el cual ha incrementado significativamente la fragmentación parlamentaria. La iniciativa busca resolver la dificultad para formar mayorías parlamentarias, promoviendo la gobernabilidad y reduciendo los bloqueos legislativos entre el Ejecutivo y el Congreso. Estas modificaciones buscan generar un equilibrio entre representatividad y estabilidad, acercando la política a las demandas ciudadanas y fortaleciendo la efectividad de las instituciones.