«Pueden esperar tranquilos que no va a haber disculpas», dijo anoche el ministro del Interior de Milei, Guillermo Francos, en el canal TN.
El funcionario de confianza de Milei aseveró además que: «No creo que haya una crisis con España, en todo caso hay una discusión con el Presidente. Recuerdo la campaña electoral cuando Sánchez le dedicó un spot a Sergio Massa. No sé por qué se queja ahora. Parece que está molesto porque Milei fue a un acto público invitado por un partido político opositor».
Y la guinda amarga a esta torta de desatinos la colocó -obviamente- el Presidente Javier Milei, que envalentonado por su familla posteó gritando (uso de mayúsculas): «HOLA A TODOS…!!! VOLVIÓ EL LEÓN, SURFEANDO SOBRE UNA OLA DE LÁGRIMAS SOCIALISTAS… VIVA LA LIBERTAD CARAJO».
El problema de Milei es que actúa como un rock star y no como un jefe político de un Estado y todo su actuar es oficial, pero su narcisismo descontrolado podría llevarlo al precipicio, ya que él alimenta su autuculto, el culto a su persona es decir esta a un paso de transformarse en un dictador.
