Por: David Rau, gerente General de Flux Solar Copec
Cada 22 de abril, el mundo se une en la conmemoración del Día de la Tierra, un recordatorio de la importancia de preservar nuestro hogar en común y de tomar medidas para mitigar el cambio climático. En esta fecha debemos reflexionar sobre nuestras acciones y buscar soluciones sostenibles para proteger el medio ambiente. Y en ese sentido, la energía solar emerge como una luz brillante en la lucha por la sostenibilidad.
Proveniente de la fuente más abundante y poderosa de todas, como es el sol, este tipo de energía ofrece una alternativa limpia y renovable para satisfacer nuestras necesidades energéticas. Y si bien su potencial es inmenso y aún subutilizado, cada vez más personas y gobiernos están reconociendo sus beneficios y apostando por su adopción.
Uno de los ámbitos donde la energía solar brilla con particular intensidad es en el ámbito residencial. Con la instalación de paneles solares en los techos de nuestras casas, no solo reducimos nuestra dependencia de los combustibles fósiles, sino que también contribuimos activamente a la reducción de las emisiones de carbono y al cuidado de nuestro planeta.
Y las estadísticas respaldan su expansión. La capacidad instalada neta de energía solar en Chile ha tenido un aumento progresivo en los últimos años, de acuerdo con la Comisión Nacional de Energía. Si en el año 2010 era de tan solo 3 MW, para el 2022 esta se multiplicó aproximadamente por 2.427 veces, logrando 7.281 MW. Y en materia residencial, diversos estudios aseguran que la capacidad instalada de energía solar en hogares ha aumentado en un 20%, evidenciando el creciente interés y la confianza en esta tecnología limpia y sostenible.
Pero más allá de las cifras, las energías limpias representan una oportunidad única para empoderar a la comunidad en la transición hacia un futuro más verde. Al generar nuestra propia energía a partir del sol, no solo reducimos nuestros costos a largo plazo, sino que también ejercemos un mayor control sobre nuestro suministro energético, liberándonos de la volatilidad de los precios del petróleo y el gas.
Además, la energía solar no solo es buena para el medio ambiente, sino también para nuestra economía (los paneles solares pueden llegar a ahorrar hasta un 90% en el total de su boleta eléctrica mensual) y también para nuestra salud. Al disminuir nuestra dependencia de los combustibles fósiles, reducimos la contaminación atmosférica y mejoramos la calidad del aire que respiramos, lo que se traduce en beneficios tangibles para nuestra salud y bienestar.
En este Día de la Tierra, comprometámonos con el cuidado de nuestro planeta y reconozcamos el papel crucial que la energía solar desempeña en esta tarea. Es hora de aprovechar su poder para impulsar un futuro más limpio, más seguro y sostenible para todos.