La declaración del ministro de Justicia ayer domingo en un programa televisivo «invitando» al general director de Carabineros a renunciar antes de su formalización el próximo 7 de mayo, fue solo el inicio de una velada campaña interna en el Gobierno y los partidos oficialistas para forzar indirectamente al jefe policial a dejar su cargo.

Aún cuando existe una coincidencia en separar aguas de las razones que han llevado a Yáñez por el camino judicial frente a lo vivido por el ahora exdirector general de la PDI, la aparición de Cordero y sus declaraciones ayer domingo en «Tolerancia Cero» no fueron una mera casualidad como se conversó este lunes en pasillos de La Moneda. Y si bien ya en enero el ministro ya había hecho alusión a la misma idea, el que lo haya reflotado justamente ayer constituye una «coincidencia» que poco y nada tuvo de accidente como aludió una fuente en Interior.

Todo esto con una serie de declaraciones desde el Gobierno y los partidos oficialistas que ya dan por sentenciada la permanencia del jefe máximo de Carabineros no más allá del fatídico 7 de mayo.

Nadie en el oficialismo apuesta por un resultado distinto.

Formalización, punto de inflexión

Este mediodía, la ministra de la Segegob, Camila Vallejo, se paseó por largos minutos por el patio de Los Naranjos a vista y paciencia de las cámaras de los medios, hablando por celular antes de iniciar su habitual vocería de los lunes, ciertamente cerrando detalles antes de hablar a la prensa, sabiendo de antemano que la mano venía inclinada a la crisis de los mandos policiales y sobre todo, el destino del general director de Carabineros.

En ese contexto, evitó una y otra vez referirse directamente a las palabras de Cordero al responder las consultas y, más aun, eludió señalar si lo declarado a titulo personal por su par de Justicia era un pensamiento compartido al interior del Ejecutivo, recalcando en cambio que «acá no hay ningún cambio de posición y es importante insistir en algo que hemos dicho en esta materia, tanto el propio ministro Cordero, como el resto de las autoridades de Gobierno, es que las formalizaciones son un punto de inflexión».

Sin embargo, si recalcó que, «frente a cualquier cuestionamiento, es importante resguardar instituciones y no a una persona en particular«.

Ese fue el primer indicativo de que, además de esperar el gesto de Yáñez de poner su cargo a disposición del Presidente, ya estaba fijada la fecha límite para ello.

Contacto «formalmente frío»

El discurso pro institucional fue repetido instantes después por Gabriel Boric en la ceremonia de reinicio de las obras de construcción de la comisaría de Carabineros en La Farfana, Maipú.

Un escenario «complejo», según comentaron desde Presidencia, por tener la casi obligación de contar entre los invitados principales con el general Yáñez.

No hubo desaire, pero el saludo de manos fue todo lo formal y alejado de cualquier dejo de cordialidad que pudiera percibirse. Luego de eso, lejanía física, tanto al bajar la «primera piedra» de la comisaría, como al momento de sentarse en filas separadas por el largo pasillo central al momento de los discursos.

En todo momento, el compañero inseparable de la máxima autoridad policial uniformada fue el subsecretario de Prevención del Delito, Eduardo Vergara, tanto durante el recorrido de las obras y en los asientos durante la ceremonia. Se les vio conversar permanentemente en cada oportunidad que tuvieron, con total seriedad.

Finalmente, en su intervención, el Jefe de Estado dejó en claro que «primero tiene que estar el cuidado de las instituciones. En Chile no puede haber ningún tipo de diferencia y nadie está por sobre la ley, tenga el apellido que tenga la persona, o esté en el cargo que esté. Partiendo desde el Presidente de la República hacia abajo».

Nuevo indicativo indirecto -y esta vez dicho delante del general director- de que no se permitirá poner en riesgo a la institución y su funcionamiento.

¿El golpe de gracia?

A la salida del Comité Político ampliado de esta jornada, los representantes de los partidos oficialistas asistentes (PC, PPD, FRVS, FA) recalcaron el concepto de «punto de inflexión» usado por las autoridades de Gobierno, pero en especial, dejaron sobre la mesa más expresamente que ese punto es el plazo máximo para que Yáñez abandone su cargo, dejando entrever que sería «saludable» una renuncia anticipada.