A medida que las mujeres avanzan en edad, comienzan a presentar enfermedades crónicas debido a factores metabólicos y fisiológicos, sumado a los hábitos y estilos de vida.
Constanza Escobar, enfermera de las residencias para el adulto mayor Senior Suites, explica que “existen diversos factores de riesgos que inciden directamente en el padecimiento de enfermedades crónicas como, por ejemplo: alcohol, tabaquismo, baja actividad física, obesidad y malos hábitos alimenticios”.
Según explica la especialista las enfermedades crónicas que predominan en las mujeres mayores y donde hay que prestar atención son:
Enfermedades cardíacas y cardiovasculares: son un grupo de enfermedades que generan diversos problemas en el corazón y vasos sanguíneos. Estas se pueden subdividir en: cardiopatías congénitas, enfermedades cerebro vasculares, arteria parías periféricas, trombosis venosas profundas y embolias pulmonares.
Hipertensión arterial: “es una de las enfermedades crónicas más común en mujeres de este grupo etario” explica la especialista. Entre sus síntomas: dolor de cabeza, visión borrosa, mareos, silbidos en oídos. Además, si la presión arterial es muy elevada puede presentar también náuseas, vómitos, hemorragia nasal, confusión, dolor en el pecho, dificultad para respirar.
Diabetes Mellitus: es una enfermedad metabólica caracterizada por presentar niveles de glucosa elevados. Entre sus síntomas se encuentran: fatiga, aumento de sed y micción urinaria, pérdida de peso, aumento anormal de necesidad de comer.
Enfermedades respiratorias crónicas: son aquellas enfermedades que afectan el sistema respiratorio. Entre sus principales síntomas: decaimiento general, agitación, inapetencia, tos, dificultad para movilizarse. Además, puede presentar síntomas más graves como fiebre, desorientación o cambios de conducta, sensación de ahogo y hasta incontinencia urinaria y/o deposiciones.
Artritis reumatoide: Es una enfermedad degenerativa que genera inflamación en las articulaciones del cuerpo y que se presenta mayormente en mujeres. Los síntomas principales son: rigidez, dolor crónico, sensibilidad e hinchazón de articulaciones. En casos más avanzado puede presentar deformidades y discapacidades secundarias por lo que es de suma importancia el diagnóstico precoz para disminuir el avance progresivo de la enfermedad.
La especialista indica que “es importante mencionar que todo este grupo de enfermedades pueden ser diagnosticadas a tiempo y atienden a tratamientos, por esto es importante que todas las mujeres y principalmente de edad avanzada, puedan realizarse exámenes generales al menos una vez por año con su médico para un diagnóstico precoz”.