Por: Paolo Mefalopulos, Representante de UNICEF Chile
Agosto suele ser un mes dedicado a la niñez, una buena fecha para pensar en los desafíos que tiene el país con este grupo de la población. Muchos de ellos son más evidentes y detectables a simple vista. Sin embargo, la violencia no siempre se menciona con la fuerza y relevancia que tienen sus efectos.
Diferentes estudios realizados en el país en la última década coinciden en que 6 ó 7 de cada 10 niñas, niños y adolescentes son víctima de maltrato en su hogar por parte de sus padres, madres o cuidadores.
La violencia es una grave vulneración de derechos y puede ser física o sicológica. En el caso de esta última, muchas veces sus consecuencias pasan inadvertidas y es difícil de constatar. Los gritos, insultos, groserías, burlas, amenazas también son una forma de violencia, que afectan transversalmente a la niñez de todos los sectores sociales, y que impacta profundamente toda su vida, dañando su salud emocional, su autoestima y la manera de relacionarse con otros.
Según el estudio Conocimientos, Actitudes y Prácticas de UNICEF (2020), 33% de los padres, madres o cuidadores no reconocen la violencia sicológica como tal y 14% está a favor de este tipo de violencia. En tanto, la Encuesta ELPI (2017) señala queel 56,9% de los niños/as, entre 5 y 12 años, recibe agresión sicológica como método de disciplina.
Para avanzar en el buen trato hacia niños, niñas y adolescentes, el primer paso es reconocer que la violencia no es una forma de crianza aceptable y visibilizar sus efectos y consecuencias. Incorporar buenas palabras en el trato cotidiano, como acompañar, felicitar, proteger, acoger, cuidar, respetar, es una inversión en el presente y futuro de los hijos e hijas, por sus efectos positivos en su desarrollo. La violencia sicológica también es violencia, no se ve; pero se escucha y muchas veces se escucha para el resto de la vida.