«Los excedentes que las isapres tienen que devolver son a quienes demandaron«, dijo hace unos días -en una entrevista- la ahora exvocera e integrante de la Tercera Sala de la Suprema, la abogada Ágela Vivanco y desató una tormenta que terminó con su brillo y de paso, lo que dijo y que fue interpretado como un apoyo a las Isapres, se transformó en todo lo contrario y reafirmó lo primero apuntalando el fallo inicial y en lo político reafirmando los dichos del Gobierno en torno al fallo en general , es decir un total desastre para «Angelita» que incluso podría enfrentar una acusación constitucional como han planteado algunos parlamentarios.
Pero ayer habló la Tercera Sala y aplastó (y la aplastó) lo dicho a «titulo peronsal» por Vivanco: “la Tercera Sala de la Corte Suprema ha resuelto todos los escritos declaración que han sido presentados en los respectivos procesos y los ha rechazado. En consecuencia, se mantienen los fallos en los términos en que fueron pronunciados para los casos en que se dictaron. No hay nada que aclarar”, dijo el secretario del máximo tribunal del país, Jorge Sáez,
Y ha sido tal la repercusión del pronunciamiento de la Tercera Sala, que fue aprovechada inmediatamente por el Gobierno, quien a través del ministro de de Justicia señaló: «Es indispensable, no solo para abordar el cumplimiento de la sentencia, sino que también para dar una solución bastante más estructural a un sistema que la última década ha tenido una judicialización sostenida”, explicó el ministro Cordero, quien aprovechó de reafirmar la necesidad de la llamada ley corta ara enfrentar la grave crisis del sistema de salud privado.
«El proyecto de ley corta mantiene el sistema público-privado, lo que busca es dar viabilidad al cumplimiento de la sentencia (…) nosotros no hemos llegado a esta situación de la sentencia de noviembre, diciembre de este año en el caso de tabla de factores simplemente por un asunto aleatorio, hemos llegado producto de una sistemática judicialización de la última década, en la cual las isapres tienen bastante responsabilidad, y lo razonable, en un contexto de esas características, es que tanto el Congreso, el Ejecutivo, pero las propias las isapres, contribuyan a la solución del problema», sentenció el ministro de Justicia, quien ahora deberá enfrentar la verdadera crisis que se le abre al Gobierno sumido en múltiplicidad de crisis con repercusiones internacionales porque las aseguradoras controladas por grande compañías ya están preparando una serie de recursos judiciales.
Así las cosas, Vivanco quedó como una ángela con sus alas quebradas es decir como una ángela caída y políticamente debilitada, aunque en política -donde no hay ángeles sino más bien diablillos- se ven resucitamientos express que ya los quisieran Santo Tomás o Santa Teresa La Grande.
