· Encuesta de satisfacción de Bigbox a los usuarios chilenos, en una escala del 1 al 5, llegó a los 4.64 puntos. Indicando que los consumidores nacionales están contentos con el servicio y las experiencias entregadas por la compañía.
Hace más de 10 años nació en Argentina Bigbox, una empresa enfocada en regalar experiencias a los seres queridos y los colaboradores de las compañías. En un inicio, romper con el concepto de un regalo material no fue sencillo, pero poco a poco regalar experiencias inolvidables comenzó a mostrar algunos beneficios, como el hecho de que quien las recibe pueda elegir qué experiencia realizar, cuándo y dónde vivirla; hoy, el regalar una experiencia ya es una tendencia, incluso para las empresas que buscan consentir a sus colaboradores.
Ya con ocho años en Chile y presente en otros cuatro países, Bigbox entendió que las formas de regalar, y de consumir, han ido cambiando y, buscando estar a la vanguardia, decidió desarrollar tecnología que les permitiera entrar en el comercio electrónico y que facilitara la forma de regalar experiencias.
“Desde nuestros inicios, Bigbox surgió como una empresa disruptiva que llegó a innovar la forma de regalar. Pero esta innovación no solo se ha quedado en nuestro producto final; hemos buscado innovar la forma en la que vendemos, ya que entendimos que era necesario contar con tecnología que nos ayudará a facilitar nuestros procesos y que ofreciera distintas formas de adquirir nuestras experiencias” comentó Ana Fernández Orozco, Directora Comercial de Bigbox.
Actualmente, la personalización del producto no solo está en la experiencia que se regala, también en la forma en la que se envía; quien regala con nosotros puede seleccionar si enviar la Bigbox de forma física, vía correo electrónico o Whatsapp; además de que se puede programar la fecha de entrega para que se reciba en la fecha especial. Pero también, en caso de ser enviada por correo electrónico, se puede revisar si ya fue enviado o abierto el mail y en caso de que no, reenviarlo a la misma dirección o a una nueva. Además, se puede incluir un mensaje personalizado con el look & feel de tu empresa y armar una propuesta a medida en función del presupuesto disponible.
Con tecnología desarrollada a favor de su producto, Bigbox decidió adaptar dicha tecnología para medir un pilar para la marca: la satisfacción del cliente para así descubrir qué tan felices quedaban los usuarios tras vivir la experiencia con la plataforma.
“Para nosotros siempre ha sido de importancia dar un servicio de calidad no solo para quién confía en Bigbox para dar un regalo, sino también para quién lo recibe y vive una experiencia con nuestros aliados. Esto empezó a cobrar relevancia cuando las empresas se acercaban a nosotros para dar regalos corporativos, pues para ellos, las inversiones deben estar justificadas y cumplir con las expectativas, así que decidimos utilizar nuestra tecnología para medir la felicidad de nuestros clientes” comentó Ana Fernández Orozco.
Tras vivir la experiencia, Bigbox envía una encuesta de satisfacción a los usuarios, preguntando con cuántas estrellas calificarían su experiencia en una escala del 1 al 5, así como saber si elegirían a la plataforma para su próximo regalo, calificando entre 0 y 10; con estos datos se pueden sacar los ratings de experiencias y el Net Promoter Score para así conocer qué tan satisfechos quedaron tanto con nuestro servicio como con la experiencia que vivieron. Este proceso de satisfacción se aplica de la misma manera en todos los países donde Bigbox tiene presencia.
En Chile, durante mayo de 2021, se vivieron principalmente experiencias de las categorías de Gastronomía, Estar Bien y Aventura y el nivel de satisfacción llegó a 4.64, lo que indica que los consumidores chilenos están contentos con el servicio que Bigbox y sus aliados están brindando.
Algunas de los comentarios de los usuarios nacionales mencionaron la excelente presentación de los productos y la buena calidad de las experiencias. En tanto, otros chilenos alabaron la buena atención, lo sencillo del proceso y el profesionalismo.