Por: Sebastian Jaramillo Bossi, Co-Founder Kuick
La digitalización ha sido el caballito de batalla de todos durante este último tiempo, de los economistas, políticos, y todos aquellos que ven en ella la solución de la famosa democratización del comercio, pareciera que fuera el remedio de todos los problemas que se arrastran desde hace décadas, y con esta herramienta lograr la aclamada diversificación de nuestra canasta exportable, y diversificación de las exportaciones, para lograr un mayor crecimiento económico.
La realidad siempre es más compleja cuando se trata de llevar las ideas a la realidad, dicho esto, la digitalización es términos prácticos es la integración de aplicaciones, recursos y herramientas virtuales que permiten agilizar trámites, ahorrar tiempo y energía, todo esto nos hace pensar que gracias a ella podremos darle más participación a las empresas que menos recursos tienen al momento de competir en una cancha que siempre se ha visto dispareja. Y aunque pareciera que las pequeñas y medianas empresas que se digitalizan son el único sector empresarial que lo hace, para así equilibrar la cancha y competir en las mismas condiciones que las grandes empresas.
Los hechos demuestran que entre más se digitalice una Pyme, una gran empresa también lo hace y con más recursos, y herramientas para tener las mejores soluciones tecnológicas a menor costo, y con el mayor apoyo para hacerlo de la mejor manera. Dicho esto, la realidad es que la digitalización puede causar una mayor desigualdad entre empresas, y porque no, incluso puede hacer quebrar muchas más Pymes de que las que quebraron en la era de la industrialización.
De esta manera, uno de los desafíos más importantes para los países de América Latina para poder crecer a los niveles como lo hacíamos en los años 90, es mediante dos cosas concretas que destacan varios economistas como, el profesor de Harvard de origen venezolano, Ricardo Haussman, quien durante años ha planteado que si aumentamos nuestra canasta exportable y diversificamos las exportaciones, podríamos lograr un crecimiento sostenido en torno al 5-6%.
Pero algo que parece tan obvio, no ha podido concretarse durante décadas, porque no hemos logrado ofrecer una canasta exportable más amplia, y peor aún, no hemos podido diversificar nuestras exportaciones. En este último caso, con la pandemia, la aceleración digital que tanto nos hizo pensar que permitiría poder llegar con mayor facilidad a otras economías, ha resultado todo lo contrario, y hemos aumentado la dependencia principalmente hacia el mercado chino, de tal manera que nuestras exportaciones están llegando al torno del 40% a solo un país, pero si le sumamos USA en los próximos años y continuamos en esta misma dirección, fácilmente podríamos llegar al 60% de todo lo que exportamos, en solo 2 países. Y es precisamente ahí donde vemos un peligro inminente si no hacemos cosas distintas para poder evitar esta dependencia que va en crecimiento sostenido y muy vertiginoso.
Entonces, ¿Cómo le damos mayor cabida también a nuestra pymes? ¿Cuál es la hoja de ruta que tienen los gobiernos para ayudarlas en este comercio cada día más abierto y en donde la digitalización es global? Es verdad que hay un mercado gigantesco allá afuera, pero ese mercado es diverso, preparado, y cada vez más competitivo. De modo que lo que cabe preguntarse aquí es ¿cuáles son las políticas públicas que se están desarrollando para posicionar a nuestro país como gran exportador de bienes y servicios de primer nivel?