La editorial de El Mercurio salió este sábado a defender la cuestionada gira que hizo el Presidente Sebastián Piñera a China y Corea, calificándola de “exitosa” al destacar los logros comerciales con Beijing, pero omitiendo los cuestionamientos y críticas que “aguaron” el viaje.
En ese sentido, el decano de la prensa chilena sostiene que el periplo del mandatario “no solo constituye un sólido impulso a las estrechas relaciones bilaterales, sino que, a la vez, marca un claro reconocimiento a la prioridad estratégica compartida de los lazos con Beijing”.
Añade que el jefe de Estado debió sortear la pugna que mantiene China y Estados Unidos, por lo que “a su neutralidad frente a esas tensiones, y su llamado para una pronta solución la guerra comercial, agregó su compromiso de respeto a la soberanía china para decidir su organización política”.
“Sus expresiones están determinadas por el pragmatismo y realismo de la creciente gravitación de China como potencial mundial, y por los beneficios de la cooperación recíproca, cada vez más tangibles”, señala.
Y resalta que impacto de las relaciones económicas con China para las legítimas oportunidades de bienestar de los chilenos “se evidencia en su condición de primer socio comercial: cerca de un tercio de nuestro intercambio comercial y el 53% de las exportaciones de cobre, determinantes para Chile y para el precio de ese metal, dependen del mercado, crucial para más de mil empresas de diversos tamaños, decenas de miles de trabajadores y centenares de productos chilenos, no solo metales, sino también forestales, frutas, vinos y servicios”.
El Mercurio también resalta la nueva hoja de ruta, indicando que en el viaje Piñera suscribió 14 acuerdos en materias como ciencia, tecnología, educación y transporte y “celebró el acuerdo estratégico con la ciudad de Shenzhen, siguiendo el modelo de los convenios con California y Massachusetts, suscritos durante su primer gobierno”.
Otro punto que destaca el diario son las reuniones que sostuvo con las tres autoridades de las más altas jerarquías chinas, con los líderes y foro de las mayores empresas de innovación de ese país y “su distinción como único mandatario latinoamericano invitado al foro Franja y Ruta, en que participaron líderes y personalidades mundiales”.
Por tal motivo, el decano considera como “positivo” el balance de la gira presidencial, puesto que “permitió los efectos deseados de densificar, profundizar y modernizar las relaciones bilaterales; abordarlas y proyectarlas desde sus variadas dimensiones, y revitalizar la apertura, beneficios y prioridad del Asia Pacífico para la política exterior de Chile, desarrolladas sosteniblemente durante más de cuatro décadas por distintos gobiernos nacionales”.
Sin embargo, el periódico omite lo ocurrido en la gira y por el que fue criticado: se olvida de sus dichos respecto a que “cada país tiene el sistema político que desea”, en lo que fue catalogado como un doble discurso ante el ataque que hace sobre el régimen en Venezuela.
A esto también hay que agregar la polémica con Codelco de dejar debajo de la gira al presidente ejecutivo, Nelson Pizarro, y optar por llevar al dueño de Antofagasta Minerals, Andrónico Luksic.
Y la “guinda para la torta” fue el cuestionamiento hecho a la presencia de sus dos hijos –Cristóbal y Sebastián Piñera Morel– en la comitiva oficial y en la participación de reuniones con importantes líderes empresariales.