La presidenta de la UDI, Jacqueline van Rysselberghe, viajó este miércoles a Brasil para reunirse con el candidato presidencial de la ultraderecha de ese país, Jair Bolsonaro.

De acuerdo a lo que consigna El Mercurio, el viaje de la timonel gremialista lo hizo junto al senador José Durana en un periplo que se extenderá por 24 horas.

De esta forma, Van Rysselberghe y Durana serán los primeros dirigentes chilenos de la derecha que sostendrán un encuentro con el líder de la extrema derecha brasileña, luego de una invitación que se le hizo al equipo de la senadora.

Durana señaló antes de su partida que “he sido invitado por Van Rysselberghe, a tener una audiencia con quien tiene las mejores expectativas de ser el próximo Presidente de Brasil. Acepté, porque la región de Arica busca desde hace muchos años ser parte del corredor bioceánico”.

Hay que mencionar que la senadora y timonel de la UDI tendrá su propia elección interna el próximo 2 de diciembre, enfrentándose al diputado Javier Macaya, quien se ha declarado ser la cara renovadora de la colectividad.

Sin embargo, el diputado de mismo partido, Jaime Bellolio, criticó en Emol el viaje de la senadora, afirmando que “no comparto que la presidenta de la UDI haya decidido ir a ver a Bolsonaro”.

“La primera pregunta que tengo es que no sé si va supuestamente en representación de todo el partido o en su condición de candidata a la reelección a final de año para las internas de la UDI”, explicó.

En ese sentido, precisó que lo que lo aproblema “es que obviamente Bolsonaro ha dado muestras de no creer en la democracia liberal que sí creemos y defendemos otras personas”.

Agregó que “esto se basa en el respeto a la dignidad humana, en el respeto a la libertad de las personas y también en una sociedad fortalecida que contribuya al bien general”.

Bellolio terminó, mencionando que «la demagogia, corrupción y fracaso de las ideas del foro de Sao Paulo, que hoy día representa Haddad, no se vence con demagogia y populismo de derecha que puede ser pan para hoy pero hambre para mañana cuando hayan vestigios de autoritarismo. Hoy puede que sean solo malas frases, pero después podrían ser decisiones que se tomen en el Ejecutivo«.