El Banco Central informó este viernes que en el primer trimestre de este año, la actividad económica creció 4,2% con respecto a igual período de 2017, siguiendo con la tendencia alcista iniciada hace un año.
El informe del instituto emisor señala que “con un día hábil menos que el primer trimestre de 2017, el efecto calendario resultó igual a -0,1 puntos porcentuales”.
Desde la perspectiva del origen, se observaron incrementos en la mayoría de las actividades, destacando minería por su dinamismo y contribución predominante; en menor medida, también se distinguieron comercio y servicios personales en términos de incidencia. En tanto, las actividades agropecuariosilvícola y pesca, se contrajeron.
Por su parte, las cifras ajustadas estacionalmente dieron cuenta de un incremento de 1,2% del producto interno bruto (PIB) con respecto al trimestre anterior. En tanto, el agregado no minero creció 1,1%, siendo electricidad, gas, agua y gestión de desechos (EGA), comercio, servicios personales, y pesca las actividades de mayores incidencias.
Desde la perspectiva del gasto, el PIB se vio impulsado por la demanda interna y, en menor medida, por el alza de las exportaciones netas.
La demanda interna creció 3,8%, incidida principalmente por el consumo, en particular, de hogares. La inversión también contribuyó al resultado, tras el alza generalizada de la formación bruta de capital fijo (FBCF) y, en menor medida, de una mayor acumulación de existencias, que alcanzó un ratio de 0,6% del PIB en un año, a precios del año anterior.
Respecto del comercio exterior de bienes y servicios, las exportaciones e importaciones crecieron 7,2% y 6,1%, respectivamente, reflejo del desempeño del componente de bienes. En el caso de las exportaciones, el resultado se explica por los envíos de cobre y, en menor medida, de frutas y salmón procesado. En el caso de las importaciones, el impulso provino de las internaciones de maquinaria y equipos, donde destacaron las de automóviles y maquinaria de uso industrial.
En términos desestacionalizados, la demanda interna creció 1,7%, con respecto al trimestre anterior, liderada por el consumo de servicios de los hogares e inversión en maquinaria y equipos. El efecto del gasto interno determinó el aumento del PIB, en tanto las exportaciones netas incidieron negativamente, debido a un incremento de las importaciones mayor al de las exportaciones de bienes y servicios.
El ingreso nacional bruto disponible real creció 5,4%, tras hacerlo en 4,3% el trimestre anterior. En el resultado predominó el aumento de los términos de intercambio, efecto que fue en parte compensado por mayores rentas pagadas al exterior.
El ahorro bruto total ascendió a 22,6% del PIB en términos nominales, compuesto por una tasa de ahorro nacional de 22,9% del PIB y un ahorro externo de 0,4% del PIB, correspondiente al déficit en cuenta corriente de la Balanza de Pagos.