El abogado de víctimas de Colonia Dignidad y ex colono, Winfred Hempel, le respondió fuerte al Premio Nacional de Medicina, Otto Dörr, por sus descargos a su vinculación con el enclave alemán a cargo de Paul Schäfer y puso en duda su capacidad de doctor para poder obtener dicho galardón de parte del Gobierno.
A través de una carta en El Mercurio, Hempel señala que Dörr presentó por este diario “sus descargos por su vinculación con la ex Colonia Dignidad. El doctor, en dicha carta sigue ofendiendo a las víctimas de la ex Colonia Dignidad, por cuanto falta a la verdad y nuevamente relativiza la gravedad de los hechos”.
Indica que el Premio Nacional “concurrió a los menos en cinco ocasiones a la Colonia, atendía en los años 60 a colonos en el Hospital de Concepción en calidad de psiquiatra, relativizó públicamente la conducta pedófila de Schäfer, al punto de homologarla a la homosexualidad; además, justificó el régimen de esclavitud al cual estaban sometidos los colonos, comparándolos con los franciscanos”.
“El caso Dörr es especialmente grave y pone en el tapete un aspecto de la ex Colonia Dignidad que dice relación con que Schäfer lograba organizar a su favor a académicos, políticos, militares, clérigos, empresarios, que blindaban moral, social y políticamente su cruel régimen”, explica.
Hempel continúa en su misiva indicando que “es cierto que visto desde afuera la colonia parecía un inofensivo asentamiento de laboriosos colonos alemanes, pero no cabe duda de quienes tenían el “privilegio” de ver por dentro a la colonia, no podían sino que sentirse choqueados con el ambiente que se vivía allí”.
Y agrega que solamente bastaba darse una vuelta por los campos y talleres “(como lo hizo el Dr. Dörr) para tomar contacto con colonos que parecían vivir en otra dimensión, como zombis o autómatas, que difícilmente podían entablar una conversación natural y espontánea con los visitantes como Dörr”.
A renglón seguido cuestiona la capacidad clínica del psiquiatra al precisar que “si de todo esto no se percató el renombrado doctor, significa que claramente estamos frente a un caso grave de percepción distorsionada. Así, el abonado currículo que exhibe el doctor en su carta agrava la falta, por cuanto no cabe duda de que por sus calificaciones no pudo sino percatarse del terrible sistema que había instaurado el tuerto y casi analfabeto Paul Schäfer”.
Finalmente, el abogado de las víctimas arremete contra Cristián Warnken, porque “tilda a los indignados colonos víctimas de la colonia de canallescos. Evidentemente, estamos en presencia de una grave alteración de la escala valórica en la cual la víctima es tachada de “canalla” por su natural indignación por premiar a alguien que no merece el galardón nacional y es tratado como la “pobre víctima”, atribuyéndole junto a la supremacía científica un halo de superioridad moral que claramente no tiene”.
