La Administración de Donald Trump anunció este lunes (08.01.2018) que cancela la protección migratoria especial de la que se benefician actualmente 195.000 salvadoreños, lo que los obliga a obtener la residencia por otro camino o a dejar Estados Unidos antes del 9 de septiembre de 2019 si no quieren ser deportados, reporta un cable de DW.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) justifica la decisión en que «ya no existen las condiciones originales causadas» por los devastadores terremotos de 2001 en El Salvador, la razón por la que se otorgó esta protección a salvadoreños hasta finales de 2016. El portavoz insistió en que el periodo de 18 meses permitirá a los afectados «preparar su partida» a su país de origen o buscar otra manera de quedarse en Estados Unidos de manera legal.
La cancelación previa del TPS de los haitianos (unos 46.000) y del de los nicaragüenses (unos 2.500) hacía temer que también el de los salvadoreños fuera cancelado.
El Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés) otorga permisos temporales de residencia y trabajo a ciudadanos de países con condiciones extraordinarias, como conflictos armados o naturales. La idea es que puedan estar seguros en Estados Unidos hasta que las condiciones en su país permitan su regreso.
Gran golpe para los acogidos por el TPS
La decisión supone un gran golpe para los salvadoreños acogidos a esta protección migratoria. Muchos llevan en Estados Unidos cerca de 20 años. Han hecho sus vidas en el país, comprado viviendas y formado familias. Y muchos son padres de niños nacidos en Estados Unidos y por ello con nacionalidad estadounidense.
El Gobierno de El Salvador, la comunidad salvadoreña en Estados Unidos y activistas proinmigrantes venían batallado sin descanso en los últimos meses para el mantenimiento del TPS o al menos para su prórroga por seis meses, como el Gobierno hizo con el programa para los hondureños.
El argumento de los defensores de mantener el TPS 17 años después de los terremotos, por los que fue otorgado, es que las condiciones en El Salvador, con alta pobreza y criminalidad, no han mejorado para que sus emigrantes en Estados Unidos regresen.