El nuevo ministro de Educación designado por Sebastián Piñera, Gerardo Varela Alfonso, tendrá un duro enfrentamiento con los distintos sectores ligados al sector, debido a sus planteamientos sobre educación a la que la ve como un bien económico. Pero también tendrá dificultades por sus conflictos económicos al ser calificado como un férreo defensor de la propiedad privada a la que pone por sobre el pago de impuestos.

Varela es abogado de la Universidad de Chile, especializado en derecho económico y actualmente es director de Fundación Para el Progreso, el organismo del ultraderechista Axel Kaisser, como también columnista de medios como El Líbero o El Mercurio donde ha hecho visibles sus planteamientos sobre la educación y los conflictos económicos.

El abogado y ahora flamante ministro es un férreo defensor de la educación como bien de mercado, lo cual se puede apreciar en uno de sus escritos cuando dijo que lo peor del gobierno de Michelle Bachelet fue el “negar a la educación su naturaleza de bien económico, limitar la autonomía universitaria, impedir su correcto financiamiento, desincentivar competencia y regalar plata a los universitarios, que serán los privilegiados de la sociedad”.

Pero su frase más polñemica es la que escribió en la columna del 19 de agosto de 2017 en El Libero: «la educación es también un bien económico; desde luego se puede comprar, se pueden contratar clases de inglés, música o matemáticas (…) Finalmente, la educación es un mercado donde los colegios y universidades compiten entre ellos por los mejores alumnos, por dar la mejor calidad y por mejorar la empleabilidad. Si la educación sólo fuera un derecho no tendría límite y todos podríamos aspirar y obligar al Estado a financiarnos postgrados en Harvard».

En ese mismo tono, Varela sostiene que “ni la gratuidad, ni la prohibición del lucro, ni el fin a la selección son la solución para mejorar nuestro modelo educacional”, por lo que propone “seguir atrayendo inversiones, competencia y talento a un sector que la requiere con urgencia”.

“El gasto público no debe focalizarse en los universitarios, sino que en los niños y especialmente en los más vulnerables, lo demás es demagogia y despilfarro”, expone en otra de sus columnas.

Y reafirma su posición, indicando que “nunca tuvimos plata para una educación masiva, gratuita y de calidad y tampoco la tenemos ahora”.

En cuanto al movimiento estudiantil, el nuevo jefe de la cartera que tendrá que reunirse con ellos, sostiene no tener una buena imagen de sus demandas y los tilda como que “terminan desvaneciéndose por su falta de organización interna o concentrando el poder en un caudillo, más decidido, cruel y ambicioso que el resto”.

En cuanto al tema de la propiedad privada, el nuevo titular de Educación declaró en una oportunidad que el derecho de propiedad está por sobre la obligación de pagar impuestos.

Uno de los puntos que expone es que quienes se suman a la ideología liberal se deben comprometer “con nuestra persona, familia y cercanos. El fruto de mi trabajo tengo derecho a disfrutarlo como quiera y no como decida un tercero. Así, el criterio de justicia liberal es dar según su capacidad y recibir según su contribución”.

Sobre el Frente Amplio, la opinión del nuevo ministro ha sido la de criticarlos fuertemente y los ha tildado como “hijos del cinismo de la Concertación”, reprochándoles que no tienen ideas nuevas y que las que exponen no funcionan porque no entienden “la causa del progreso”.

Varela también ha estado en el tapete público al defender a quien será su jefe, Piñera, cuando este fue cuestionado por la adquisición de empresas zombies o cuando también salió a blindar a Carlos Alberto “Choclo Delano, cuando este era acusado por fraude tributario tras salir a la luz el caso Penta.

Además, el nuevo titular de Educación fue abogado en el caso Cascadas, defendiendo a Larraín Vial, corredora en donde Piñera tenía su fideicomiso.