lunes, diciembre 23, 2024

Max Colodro le baja los humos a la Nueva Mayoría por sus aires triunfalistas tras elecciones

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El analista político y filósofo, Max Colodro, salió a aterrizar el aire triunfalista que tiene la Nueva Mayoría tras los resultados obtenidos en las elecciones presidenciales, parlamentarias y de Cores, afirmando que la lectura que se hace de poder contar con los votos del Frente Amplio para la segunda vuelta es equivocada.

En su columna en La Tercera, Colodro señala que un hecho que no tiene precedentes es que “un gobierno y una presidenta de la República que no logran ocultar su alegría ante la debacle electoral de su coalición y el enorme avance de un bloque opositor”.

“En rigor, ese ha sido el estado de ánimo que desde hace una semana irradia La Moneda: una visible satisfacción por el resultado obtenido por el Frente Amplio y su candidatura presidencial, presentándose incluso como un “triunfo” de Michelle Bachelet”, explica.

Sin embargo, expone que la Nueva Mayoría sufrió una “derrota histórica”, lo cual a su juicio fue “consecuencia inevitable de una gestión de gobierno que ha exhibido los niveles más altos de desaprobación desde el retorno a la democracia. Sin ir más lejos, en la contienda presidencial Alejandro Guillier y Carolina Goic –los candidatos que encarnaron la continuidad- no sumaron siquiera el 29% obtenido por Eduardo Frei en la elección de 2009”.

Y agrega que en el ámbito parlamentario, el “fracaso no fue menor”, ya que sostiene que el resultado obtenido, de un 34,7% se transforma en  la “mayor destrucción de poder electoral del sector desde 1990”.

En ese sentido, se pregunta cuál es la lógica que lleva al gobierno y a Bachelet a congratularse de este “triunfo”.

Muy simple: considerar que la votación del Frente Amplio en la medida que representa a un sector con vocación transformadora, puede ser considerada mecánicamente como un implícito respaldo a la actual agenda de reformas. La suma de las fuerzas “progresistas” sería en definitiva lo que alegra a La Moneda, una lectura no solo burda y oportunista de los resultados, sino que también desconoce la naturaleza del fenómeno político que encarna el bloque emergente”, precisa.

Desde esa perspectiva, Colodro sostiene que “lo que el gobierno celebra como triunfo propio, es la consolidación de una fuerza que busca ocupar el espacio histórico de la centroizquierda, es decir, del bloque con el que Bachelet ha gobernado. Desde su primer respiro, los partidos y movimiento que construyen el FA no han mostrado ninguna ambigüedad: jamás han visto a la NM como potencial aliado estratégico, sino como un adversario político al que se debe reemplazar”.

La fuerza emergente ha sido siempre consistente en su crítica a la agenda reformadora de Bachelet y, sobre todo, en su convicción de que el bloque gobernante junto a la centroderecha son parte del mismo “duopolio” que lleva 30 años administrando el modelo impuesto por la dictadura”, menciona.

El analista político señala que los resultados de las elecciones del domingo pasado muestran que tanto Alejandro Guillier y la Nueva Mayoría “quedaron en el peor de los mundo: forzados a seducir a un conjunto de actores que los desprecia, y que no tiene necesidad de hacer concesiones, ya que gane quien gane en diciembre serán opositores al nuevo gobierno”.

Señala que de ganar Guillier, la “única agenda legislativa viable será la del FA, cuyos 20 diputados se convertirán en la llave para viabilizar o hacer caer cualquier iniciativa de gobierno. Así, puede afirmarse que el proceso de “reemplazo” de la actual alianza de centroizquierda dio el domingo pasado un paso decisivo, un giro clave hacia este nuevo ciclo que, entre otras cosas, tiene como contrapartida la muerte lenta de la DC”.

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