Allí encuentra a montones de gatos, para los cuales esa zona es su patio de recreo. Estos gatitos no necesitan juguetes caros para pasárselo bien.
Y si crees que al final se cansarán de estar saltando dentro y fuera de los agujeros, estás equivocado. El fotógrafo incluso se ha traído un martillo de juguete y ahora el lugar parece un juego del topo enorme.