La agenda de seguridad Naciones Unidas está fundada en el concepto de la seguridad colectiva, que constituye el reconocimiento de la interdependencia de los Estados miembros de la Organización y su responsabilidad de actuar cuando la seguridad de uno de ellos se ve vulnerada. En un contexto en el que las amenazas como el terrorismo, el crimen organizado y los grandes retos migratorios tienen un carácter transnacional, es preciso fortalecer la acción de Naciones Unidas alrededor de lo que se conoce como el principio de Responsabilidad de Proteger -R2P-.
En el marco de la 70 Sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas se han hecho análisis y anuncios trascendentales para hacer de R2P un instrumento mas pertinente y funcional en el objetivo de garantizar la paz y la seguridad mundial. Evocando este principio, el pasado 30 de septiembre, en reunión paralela liderada por el presidente Barack Obama, más de 50 países asumieron el compromiso de contribuir al fortalecimiento de los cascos azules con el ingreso de 40.000 efectivos asi como mayores esfuerzos en materia presupuestal.
Se trata de una gran apuesta por el mantenimiento de la paz. Un análisis critico de la eficacia de estas operaciones permite reconocer que si bien han permitido avanzar en la implementación de un importante numero de acuerdos de paz, aun las causas estructurales de los conflictos y la debilidad estatal siguen latentes convirtiéndose también en una amenaza a la seguridad internacional. De ahí la importancia de dar un mayor alcance a las operaciones de Naciones Unidas fijando como objetivo la paz sostenible y el desarrollo de capacidades nacionales.
Sumar efectivos a los cascos azules constituye un aporte operativo de gran valor, sin embargo, su presencia per se no es garante de efectividad para las operaciones de paz de Naciones Unidas. Para alcanzar el objetivo de paz y seguridad que dio lugar a las Naciones Unidas es preciso incorporar el análisis efectivo de la Responsabilidad de Proteger como estrategia integral que va mas allá del despliegue colectivo de la Organización para contener una amenaza.
Proteger implica también el ejercicio de la prevención y la reconstrucción, dos campos que pese a ser estratégicos pueden ser subvalorados ante la inmediatez de una crisis. Por tal razón, uno de los grandes retos de los Estado miembros lo constituye el volcar su voluntad política hacia la responsabilidad de prevenir, entendiendo que de esta forma esta protegiendo al sistema internacional del escalamiento de amenazas. El segundo reto lo constituye el compromiso con la reconstrucción, un ejercicio de voluntad y coherencia política que lleve a los Estados miembros a entender que el objetivo de R2P y la construcción de paz superan la ausencia de guerra y se orientan a crear una sociedad y unas instituciones proclives a la paz.