“Estar en la oposición, lejos del poder, ha entregado a la DC la oportunidad de desplegarse con independencia política, de ser un partido propositivo y dedicar tiempo y energías a su modernización institucional, discursiva y organizacional”, sostiene la ex senadora.
El líder de las juventudes de la Democracia Cristiana, Diego Calderón, planteó que la decisión de los nombres históricos de la Falange a renunciar responde a una incapacidad de ambos de realizar una autocrítica en la crisis que enfrenta el partido.
El conflicto interno que vive la Falange hace irreconciliables las posiciones dentro del colectivo de Alameda 1460, que solamente se habla a través de la prensa en una batalla de dimes y diretes que de a poco elimina el partido que hasta hace un año ostentaba el título del más grande desde la vuelta a la democracia.
“La Democracia Cristiana estuvo a punto de constituirse en una fuerza socialcristiana de derecha cuando enfrentó valerosamente al gobierno de Allende y ayudó a su derrota. A pesar de que hubo algunos disidentes que rechazaron de inmediato el pronunciamiento militar, desde el mismo 11 de septiembre de 1973 gran parte de los militantes de la DC se comprometieron en la tarea de la reconstrucción nacional”, sostiene el historiador de derecha.
Es extraña la fijación de Bolivia con la reclamación territorial con Chile, siendo que con Argentina ha perdido 420.758 KM2. y con Perú más de 250 mil.