Investigación científica liderada por universidades de Siena y Génova, en la que participan científicos chilenos, descubren que las partículas de plumavit que se transforman en nanopartículas y que provienen de la degradación de macroplásticos como el plumavit, plástico, ropa, desechos de cañerías o productos de belleza, están afectando gravemente la vida del continente blanco.
"Ver que han marcado la ballena con mensajes amorosos y que la gente ha disfrutado sacándose selfis es doloroso e indignante. Es una triste demostración de que todavía hay personas que ven a los animales como seres infinitos y desechables. Sería interesante que las autoridades, además de investigar las razones del varamiento, aclaren si es que uno puede hacer lo que quiera con un animal muerto", señaló Estefanía González, coordinadora de coéanos de Greenpeace.
“Estamos extremadamente preocupados por este permiso que se ha entregado a las empresas salmoneras, especialmente si toma en cuenta que la misma autoridad ha planteado que esos buques y sus extensos recorridos están contribuyendo a la expansión de la marea roja”, señaló Estefanía González, coordinadora de océanos de Greenpeace.
Toda la mortalidad ha sido derivada a plantas reductoras de harina de pescado, dispuesta en ensilaje o enviada a vertederos autorizados. Desde el 1 de enero de 2018 al 4 de febrero, los titulares de cultivo han informado mortalidad en 80 centros asociados a Bloom.
Desde el 30 de enero el Servicio Nacional de Pesca está realizando monitoreo permanente para medir el avance del florecimiento de algas nocivas o Marea Roja que está afectando principalmente a las salmoneras de Aysén.