«Las personas que han cometido errores, que han hecho encubrimiento u ocultamiento de la verdad, ya han asumido sus responsabilidades, como un general, un coronel y cuatro carabineros», ha sostenido el presidente Piñera.
Pero Carabineros depende del Ministerio del Interior y Seguridad Pública de Chile, y el ministro a cargo de la cartera es Andrés Chadwick. A su vez, Carabineros responde al Intendente cuando es requerido por éste para mantener la tranquilidad, el orden público y el resguardo de las personas y bienes. El intendente de la Araucanía es Luis Mayol, representante del presidente Piñera en la zona, de quien sigue órdenes, orientaciones e instrucciones a través del ministro Chadwick. Esta es la línea de autoridad y de mando que conduce a la responsabilidad política respecto de la muerte del comunero mapuche Camilo Catrillanca y de las circunstancias que la rodearon.
Al presidente Piñera no se le piden respuestas por el extravío de evidencia crucial para la investigación, como parecen insinuarlo sus subordinados. Se le impele a rendir cuentas por la intervención de fuerzas policiales militarizadas con resultado de muerte y vulneración de derechos fundamentales en las comunidades indígenas de La Araucanía. Fuerzas cuyo adiestramiento por el Comando Jungla de Colombia lo anunció el ministro Chadwick en marzo, y en junio las presentó en público el jefe de Estado. Contingentes policiales que son financiados, bajo el ítem de gastos reservados, con recursos del presupuesto de la nación, que esta semana deberá ser visado por el Senado.
¿Por qué se le exigen responsabilidades políticas al Gobierno? Porque los graves hechos acaecidos el fin de semana pasado arriesgan la ejecución de todo el plan de desarrollo para la región liderado por el ministro Alfredo Moreno. Pues ¿qué legitimidad podría concitar una política pública que presupone el diálogo y el entendimiento con las comunidades mapuche víctimas de la represión operada por el Estado? ¿Qué autoridad podrían seguir detentando quienes durante 72 horas cambiaron la versión de los hechos para acomodarla a sus propósitos políticos, y que, no obstante, acaban imputándole a sus críticos instrumentalización política de la situación? El Instituto Nacional de Derechos Humanos ha sido bastante claro al revelar que tanto Chadwick como Moreno fueron informados desde el primer minuto sobre la veracidad de los hechos y las tergiversaciones en marcha.
Por eso el ministro Chadwick guardó silencio durante las primeras veinte horas. Y si se resolvió a hablar lo hizo para fustigar con ironía a una opinión pública desconcertada e indignada: ¡No exageren! Cuando politizan con tanta precipitación quedan como oportunistas, quedan como que el único motivo es generar daño al Gobierno», declaró.
Al presidente Piñera se le exhorta a la remoción de ministro e intendente comprometidos en el manejo de la crisis. Sin embargo, responde con una obviedad semejante a la que formuló a propósito de la petición de separación de sus funciones en Salud del subsecretario Luis Castillo: «que sus cargos son de exclusiva confianza del presidente». Si es precisamente por esto que se le insta a que haga uso de su facultad.
Lo único cierto es que no habrá paz en La Araucanía si no media un gesto de reparación y restablecimiento de confianzas, que parte porque el gobierno reconozca su propia responsabilidad política.
