El incidente protagonizado este miércoles por una patrulla militar limeña en la frontera entre Perú y Chile está tensionando –una vez más- las difíciles relaciones entre ambos países, esto justo en momentos en que la Justicia peruana indaga casos de corrupción que involucran a la Primera Dama peruana y al principal partido de gobierno, además en medio de la polémica por Triángulo Terrestre que está reclamando Perú.
Al caer el día la Cancillería chilena ha protestado ante Perú por las incursiones militares y ha enviado dos “notas de protesta”. La primera es al Gobierno peruano “porque no se informó con la debida anticipación la presencia de personal uniformado en el sector del Hito 1, según los compromisos adoptados entre el Ejército de Chile y de Perú en el marco del Acuerdo Bilateral de 1978″.
La segunda nota, se entregó al encargado de negocios de Perú en Chile, Carlos Chávez, en la que informa de “la postergación de la Reunión de Mecanismo de Consultas y Coordinación política programada para el 7 de diciembre en Lima”.
Así las cosas, las relaciones entre Santiago y Lima están casi en punto muerto con ambos embajadores en estado de “consulta” en sus respectivos países, pero todo indica que la ofensiva peruana es una planificada estrategia que busca crear un nuevo litigio fronterizo –ahora terrestre-, poniendo en entredicho el Tratado de 1929.
