Hasta el Senado chileno escalará este martes la controversia generada por el anuncio de la Presidenta de Argentina, Cristina Fernández, de construir un mega acueducto en el Lago binacional General Carrera / Buenos Aires con el fin de extraer 30 mil litros por segundo (30 m3/s).
Esto, luego que desde la región de Aysén se alzaran diversas voces expresando preocupación por la decisión unilateral del gobierno trasandino con respecto a una cuenca binacional, lo cual sería un incumplimiento del Tratado de Medio Ambiente de 1991 y su protocolo sobre Recursos Hídricos Compartidos que obliga a que cualquier intervención de este tipo de realice mediante planes generales de utilización.
La iniciativa fue incorporada en el proyecto de Presupuesto que a principios de octubre la señora «K» enviara al Congreso argentino, por lo cual aún debe ser zanjado por los diputados y senadores del vecino país.
La obra tendría unos 295 kilómetros de extensión, en una primera etapa de 3 años llegaría a un costo de U$ 1.129 millones y buscaría regar unas 60 mil hectáreas y surtir de agua potable a localidades como Los Antiguos, Perito Moreno, Puerto Deseado y Caleta Olivia.
Y aunque todavía debe pasar por la aprobación legislativa, el gobierno argentino ya llamó a licitación, esperándose que los sobres con las propuestas se abran durante el mes de marzo de 2016.
Es por esto que la Comisión de Medio Ambiente, que preside el senador por Aysén Antonio Horvath e integra el presidente del Senado y también representante de la región Patricio Walker, convocó para este martes a los ministros de Relaciones Exteriores Heraldo Muñoz y Medio Ambiente Pablo Badenier, junto al director general de Aguas, Carlos Estévez.
La reunión quedó citada para las 11:00 horas y el objetivo es “conocer la aplicación del Tratado de Medio Ambiente, suscrito en agosto de 1991 con la República Argentina y su protocolo adicional sobre Recursos Hídricos Compartidos”.
Para el presidente de la Corporación Privada para el Desarrollo de Aysén (Codesa), Patricio Segura, hasta el momento la discusión se ha centrado más en lo que algunos actores han expresado con el fin de capitalizar para su provecho político, en circunstancias que lo relevante es la integridad ecosistémica, social y productiva de la cuenca compartida.
Explicó que cuando desde la corporación dieron difusión masiva a este tema “no buscamos sintonizar con un mal entendido patriotismo que más se preocupa por los límites que por decisiones que destruyen ecosistemas y el sustento de las comunidades. Más aún en Aysén donde la vinculación con Argentina siempre ha sido fluida, con un número importante de personas con familiares a este y al otro lado de la frontera”.
Agregó que “tampoco creemos que correspondan los llamados que hemos escuchado para que se construyan mega obras en Aysén, siguiendo el supuesto ejemplo argentino, como si eso fuera lo que reclama la ciudadanía. Es como estar escuchando a los viudos de HidroAysén. Tal discurso no comprende que en la región muchos queremos un desarrollo a escala humana, donde obras faraónicas no tienen cabida. Encementarlo todo no creemos que sea la opción de un Aysén reserva de vida”.
Indicó que “comprendemos que haya gente que plantee que este tema se radique en una transacción económica, del tipo tú me das, yo te doy”. Sin embargo, puntualizó que la situación no debe llevarse a un ámbito eminentemente utilitario. “Es la ocasión para que se cumpla un tratado que hasta ahora pareciera ser letra muerta. Así lo constatamos cuando exigimos años atrás su aplicación y así lo vemos ahora cuando en el gobierno se dan vueltas y vueltas para dar alguna respuesta”.
“Es momento de comprender que los recursos naturales, ya no solo los hídricos sino que los de todo tipo son bienes comunes, no de quien se los apropia primero. Y ese principio de que la naturaleza es la casa común, que incluso líderes espirituales de nivel mundial están comprendiendo, debe ser orientador en esta discusión”, concluyó.