En tiempos de hiperinformación e hiper ‘cahuineo’ el Whatsapp pasó de ser una herramienta de trabajo y ocio a una arma mortal; y que mejor ejemplo lo que está ocurriendo con el Caso Audios o Caso Hermosilla o lo que ocurre al otro lado de la cordillera con el caso de Fernández.
Todos se han confiado en escribir, grabar y enviar fotos porque la aplicación explica: «Los datos están encriptados en tránsito», creyendo el usuario que éstos son inviolables y que nadie, nadie, ni la ex KGB, ni la CIA, ni el Mossad o el servicio secreto de Maduro podrán escudriñar sus mensajes, pero e equivocan rotundamente.
Así Whatsapp se está convirtiendo en algo más bien de cuidado, no por la aplicación en si, sino porque los usuarios cometen errores y horrores como ha dejado al descubierto Hermosilla y tantos otros que son intocables.
El miércoles el hermano del «Lucho«, Juan, tendrá en su poder el contenido completo del WS con mas de 700 mil mensajes que podrían sepultar los jolgorios por Fiestas Patrias, ya que en la ofensiva judicial de JP Hermosilla podría estar liberar todos los contenidos bajo la consigna del «Caiga quien Caiga», lo que podría generar una nueva crisis política sin precedentes.
Pero no solo Juan tendrá estos mensajes también podrán tener copia de ellos el Consejo de Defensa del Estado (CDE), los abogados de los querellantes particulares y del Servicio de Impuestos Internos (SII) y lo mas probable que hasta el gato consiga tenerlos.
Ahora bien, cómo es que los contenidos de este WS que ahora va entregar el Ministerio
Público estaban en manos de un equipo de investigación periodística, de usuario de RSS, etc.