Por: Sergei N. Koshkin, Embajador de Rusia en Chile
En el espíritu de la época actual de la posverdad, la gran parte de los medios occidentales (y algunos chilenos) presenta la Operación Militar Especial como «una invasión brutal e injustificada a un país democrático». No obstante, los hechos recopilados en el Informe Anual «Sobre la situación de los derechos humanos en Ucrania», publicado el pasado 19 de abril de 2023 por la Cancillería de Rusia, desmienten esta absurdidad e ilustran el verdadero rostro del régimen neonazi de Kiev – «el lobo con piel de cordero» – que goza del apoyo político, militar y mediático del Occidente y sigue las instrucciones de sus patrocinadores para convertir a Ucrania en la «anti-Rusia» completamente dependiente de la OTAN.
1. Vladímir Zelenski desestimó y saboteó los Acuerdos de Minsk – lo admitió abiertamente. Y de tal manera ignoró deliberadamente la resolución con carácter obligatorio del Consejo de Seguridad de la ONU que había reconocido dichos Acuerdos como la fórmula de solución de la crisis ucraniana.
2. El régimen de Kiev continúa cometiendo crímenes contra la población civil del Donbás y las nuevas regiones rusas de Jersón y Zaporozhie. Solo en el último año, como resultado de los bombardeos ucranianos, fallecieron más de 4,6 mil civiles, incluidos niños, fueron heridas varios miles de personas. Se registraron más de cien incidentes causados por minas antipersonal con víctimas civiles.
Además, en las redes sociales son de dominio público torturas, mutilación y ejecución salvaje de los prisioneros de guerra por parte de las formaciones armadas ucranianas, la intimidación y maltrato de los civiles, uso de la población como «escudo humano», instalación de puestos de artillería y otros puntos de fuego en la infraestructura civil (jardines infantiles, escuelas, hospitales, casas residenciales, templos).
3. El nazismo se glorifica en Ucrania a nivel de Estado. He aquí solamente un par de ejemplos. En 2015 fueron nombrados «luchadores por la independencia de Ucrania en el siglo XX» los combatientes de las unidades militares pronazi de la Segunda Guerra Mundial – la Organización de Nacionalistas Ucranianos (OUN) y el Ejército Insurgente Ucraniano (UPA), así como sus líderes Stepán Bandera y Román Shujévich. El último sirvió en los destacamentos armados del Tercer Reich (batallón «Nachtigal», 201.º batallón de la Schutzmannschaft «Legión Ucraniana»).
En 2018, la Rada Suprema (parlamento) de Ucrania aprobó para sus militares y policías el saludo de los colaboracionistas de la OUN «¡Gloria a Ucrania!» y la respuesta «¡Gloria a los héroes!», el cual copia el infame saludo del Tercer Reich.
Desde 2019, el cumpleaños de Stepán Bandera se «festeja» a nivel de Estado: se llevan a cabo demostraciones con antorchas a estilo nazi en Kiev y otras ciudades de Ucrania.
El 14 de octubre de 2022, Zelenski otorgó el título de «Héroe de Ucrania» a Miroslav Simchich. Tras la Segunda Guerra Mundial, fue condenado por la masacre de la aldea Pistyn, región de Ivano-Frankovsk, poblada por polacos.
El 6 de diciembre de 2022, el Tribunal Supremo de Ucrania declaró que los símbolos de la división de las SS «Galicia» ya no se consideran nazi en Ucrania. Esta decisión contradice el veredicto del Tribunal de Núremberg.
4. La población de Ucrania está siendo adoctrinada con la ideología nazi. Prácticamente en todos los libros escolares los hechos históricos se presentan de manera tergiversada y son sujeto a revisión conforme a la propaganda oficial de rusofobia. No son una excepción hasta los abecedarios. Además, tras el golpe de Estado de 2014, los militantes del batallón neonazi «Azov» se dedicaban a reclutar a niños y educarlos en el espíritu de odio salvaje hacia los rusos.
Las ideas nazis son muy comunes no solo entre los destacamentos voluntarios (cuyo núcleo principal forman los neonazis declarados), sino también entre los efectivos de las FF.AA. de Ucrania. Tienen tatuajes nazis, usan patches con símbolos y lemas nazis.
Al tiempo de honrar a los colaboracionistas nazis y denigrar la memoria de los soldados del Ejército Soviético, la cúpula del régimen de Kiev promueve la demolición de los monumentos a los Soldados Libertadores soviéticos y a las víctimas de la Guerra, incluidos los relacionados con el Holocausto.
El 9 de febrero de 2023 en Kiev desmantelaron el monumento al General soviético Nikolai Vatutin, quien comandó la liberación de Kiev de los nazis y fue asesinado en 1944 por UPA. Ese mismo 9 de febrero, pero de 1943, una unidad de UPA atacó el poblado Párosla donde asesinó a 173 polacos civiles, 43 niños entre ellos. Otro hecho muy importante – en 2016 en Kiev la Avenida Vatutin fue renombrada a la Avenida Shujévich «en honor» de Román Shujévich, comandante de UPA.
5. El idioma ruso y cultura rusa son sujeto de discriminación en Ucrania. De acuerdo con las leyes «Sobre la educación» (2017) y «Sobre los pueblos originarios» (2021) los millones de rusos y ucranianos rusoparlantes están privados de recibir educación en su idioma natal, tampoco tienen derecho a sus propios medios de comunicación. Desde 2019, los intentos de introducir el multilingüismo en Ucrania se reconocen como acciones destinadas a «derrocar por la fuerza el orden constitucional».
6. Cualquier disidencia se silencia en Ucrania de manera violenta y anticonstitucional. El 2 de febrero de 2021, por decreto de Zelenski, se bloqueó la transmisión de los canales de TV «112-Ucrania», «NewsOne» y «ZIK». A la fecha del 11 de enero de 2023, está prohibida la actividad de 17 partidos de oposición, no hay avances notables en la investigación de la masacre en la casa de los Sindicatos de Odessa del 2 de mayo de 2014, que dejó 48 muertos y más de 200 heridos, así como de los casos relacionados con los asesinatos de los periodistas ucranianos Oles Buziná y Pável Sheremet. El último fue víctima del coche bomba, el método al que recurren muy a menudo los terroristas del régimen de Kiev.
Aún sigue operativo el portal web «Mirotvorets», que tiene abiertos los datos personales de quienes el Servicio de Seguridad de Ucrania, así como las organizaciones neonazis acusan de «separatismo y traición». Hasta la fecha, más de 240 mil personas han sido incluidas en la base «Mirotvorets», de las cuales unas 75 mil son rusas. El sitio también contiene los datos personales de 327 menores.
7. En Ucrania se persigue la canónica Iglesia Ortodoxa. Las autoridades laicas están cometiendo una terrible violación religiosa: el 2 de diciembre de 2022, Zelenski firmó el decreto «De algunos aspectos de las actividades de organizaciones religiosas en Ucrania y la aplicación de medidas restrictivas (sanciones) específicas personales y otras», el cual de facto prohíbe la canónica Iglesia Ortodoxa. Sin embargo, no sólo son los ortodoxos los que sufren: de manera sistemática acusan manifestaciones de islamofobia en Ucrania. También son registrados con regularidad actos de antisemitismo.
Las instituciones internacionales que, junto con los medios occidentales, denunciaban violaciones de DD.HH. y los casos de racismo y discriminación en Ucrania, tras el 24 de febrero de 2022 «por arte de magia» se hicieron casi «ciegos y sordos» ante la anarquía en este país.
8. El régimen de Kiev deliberadamente sigue una línea hacia la destrucción completa de todo lo ruso en Ucrania. En una entrevista suya Zelenski llamó a los ciudadanos del país que quieren seguir hablando ruso a «irse de Ucrania». Pues bien, este consejo ya lo han seguido. Haciendo uso del derecho a la autodeterminación consagrado en la Carta de la ONU, los habitantes de Crimea, Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporozhie, cuyos derechos, libertades, intereses y valores históricos está pisoteando el régimen ucraniano, decidieron ser parte de Rusia.
