Quieren jugar un rato más o simplemente pasar más tiempo con sus padres. La mayoría de los niños tiene dificultades para quedarse dormido, convirtiéndose en un gran desafío.
Lograr que se acuesten temprano es difícil y peores aún son las consecuencias de un sueño poco reparador: irritación, poco control de sus emociones, problemas de concentración e incluso complicaciones en el crecimiento, son algunos de los inconvenientes que conlleva la falta de sueño.
Pese a que muchos padres pueden estar abrumados, hay una buena noticia. Con unos sencillos cambios en la rutina nocturna, sus hijos se podrán dormir plácidamente a la hora correcta.
- Paso 1
“Prepararlos para dormir y establecer una rutina para crear un hábito. Es importante que todos los días antes de acostarse se repitan las mismas acciones, como por ejemplo tomar un baño, leer un libro o cantar una canción”, explica la Dra. Carolina González, psiquiatra infantil de Clínica INDISA.
- Paso 2
Un descuido muy común es dejar que los niños vean televisión o jueguen videojuegos hasta muy tarde… ¡Error! “Someterlos a estímulos visuales antes de dormir es muy perjudicial para lograr que concilien el sueño a la hora indicada”, asegura el especialista. Como consejo, apaga la televisión unas horas antes y verás cómo tu hijo se dormirá apenas le digas.
- Paso 3
Aunque suene lógico, mientras más cansado esté el niño, más rápido se irá a dormir. Es bueno que durante el día realicen actividad física, para que al llegar la noche estén cansados y relajados.
- Paso 4
La alimentación influye directamente en la calidad del sueño, y hay ciertos alimentos que mantienen a los niños mucho más activos. “Consumir mucha azúcar o cafeína puede provocar hiperactividad, por lo que es importante evitar comidas dulces o bebidas azucaradas después del mediodía, para así lograr que los niños se acuesten temprano”, aconseja la Dra. González.
Ahora no queda más que aplicar estos sencillos cambios y verás cómo, dentro de poco, mejorará tu calidad de vida y la de toda tu familia.