La presencia de Nancy Reagan en la política estadounidense marcó un antes y un después en el influyente papel de primera Dama de Estados Unidos, destacando cinco razones que refuerzan los argumentos de la familia Obama a su legado político.
Nancy Reagan fue una de las artífides principales en la carrera de su marido hacia la Casa Blanca, un deseo que se materializó en 1981 cuando su esposo alcanzó la presidencia del Gobierno de Estados Unidos y ella se convirtió en una de las primeras damas más admiradas.Como su marido, ella también probó suerte en la industria del cine en los 40 y 50, protagonizando algunas películas como «El cerebro de Donovan» o «Los Hellcats de la Armada».
Se implicó en la presidencia de su marido, contribuyendo a mejorar su imagen y se convirtió en su más íntima consejera. Su opinión pesaba en las decisiones de su esposo, a pesar que esta actitud fue criticada por varios.
Si bien, hoy en día es habitual ver a las primeras damas en reuniones con organizaciones caritativas o visibilizando algunas causas es, gracias a Nancy Reagan, que decidió aprovechar su privilegiado papel para hacer suyas algunas reivindicaciones. La campaña «Solo di no», que luchaba contra el consumo de drogas y alcohol, es una de sus acciones más memorables.
Nancy Reagan pasó la prueba del estilo y buen gusto, siendo incluso comparada con iconos como Jacqueline Kennedy. Valentino y Oscar de la Renta fueron algunos de los diseñadores a los que más admiró.
Su contribución social no cesó cuando abandonaron la Casa Blanca e incluso ,tras la muerte de su esposo en 2004, y después de varios años luchando contra el alzheimer, abanderó la investigación con células madre.