- Alrededor de 11 millones de toneladas métricas de estos residuos ingresan al océano cada año, cifra que podría triplicarse para 2040. Su impacto negativo va desde daños físicos o químicos a especies animales hasta efectos sobre la biodiversidad y el funcionamiento de los ecosistemas.
Ha sido catalogada como una verdadera crisis mundial y está en el centro de todos los debates en torno a la sustentabilidad. Hablamos de la contaminación por plásticos en los océanos que ha crecido de manera indiscriminada en los últimos 70 años. Ya en 2015 un reporte de National Geographic aseguraba que el 90% de las aves marinas habían ingerido este tipo de desechos, una realidad que con el paso del tiempo sólo ha empeorado.
Según datos de Naciones Unidas, alrededor de 11 millones de toneladas métricas de estos residuos ingresan al océano cada año y si no se toman medidas urgentes este número podría triplicarse en los próximos veinte años. Para Nicolás Becerra, encargado de gestión medioambiental de la Universidad Bernardo O’Higgins (UBO) es una situación alarmante dado “que el océano representa el mayor habitat de ecosistemas vivos, que son reguladores del clima, producen más de la mitad de todo el oxígeno de la tierra y absorben hasta el 25% de todo el CO2 del planeta”. El experto añade que “el gran problema de la presencia de plásticos en los océanos es que, gracias a la acción de las marejadas y el sol, se acelera el proceso de degradación del plástico, generando pequeños y peligrosos fragmentos de este material conocidos como microplásticos, que actúan como esponjas absorbentes de sustancias tóxicas”. Estos pequeños trozos afectan directamente a las especies de aves y mamíferos marinos como las tortugas, que confunden las bolsas de plástico flotantes con medusas y mueren de hambre dado que repletan su estómago basura que no pueden digerir. Asimismo, dado que un alto porcentaje de la basura plástica se hunde en los fondos marinos, termina por asfixiar a los arrecifes de coral y otras formas de vida presentes en esa zona.
En medio de este escenario, tanto en Chile como en el mundo, ciudadanía, líderes políticos y activistas se han unido en la búsqueda de soluciones, especialmente a poco de conmemorarse un nuevo Día Mundial de los Océanos. En este sentido, la ONU ha sido categórica en indicar que las medidas hasta ahora han sido insuficientes y que se deben combatir adecuadamente los plásticos de un solo uso con una combinación de medidas que van desde las políticas de economía circular hasta la adopción de instrumentos fiscales como como impuestos.
Justamente ese propósito ha dado paso a diferentes emprendimientos a nivel nacional, que buscan apoyar a las personas en la tarea de eliminar el plástico del día a día sin que eso implique hacerla más compleja o costosa. Es el caso de I Am Not Plastic, empresa que ofrece productos que mantienen la comodidad y versatilidad del plástico, pero evitan sus consecuencias negativas ya que están elaborados a partir de materias primas 100% biodegradables y compostables. “El plástico en si no es el problema, es un material virtuoso en muchas oportunidades, el conflicto es que hemos abusado de él generando una cantidad inimaginable de basura a partir de los plásticos de un solo uso. Eso nos motivó a crear alternativas compostables, que mantienen lo bueno del plástico sin sus efectos perjudiciales para el medio ambiente”, aseguró Rodrigo Sandoval, detallando que en un compost sus productos pueden degradarse en sólo 6 meses, versus los más de 500 años que demora el plástico tradicional. Para eso, sin embargo, el desafío es “entregar una buena experiencia a quienes se atrevan a hacer el cambio y sobre todo educar y acompañar al consumidor en este camino, de modo que los procesos de compostaje se hagan de manera adecuada y el ciclo se cierre correctamente”, aseguró el fundador de la compañía que cuenta con diferentes opciones desde film adherente hasta bolsas para desechos de mascotas.
Independiente de las proyecciones, que no son optimistas, para Becerra lo crucial es “seguir educando, comunicando y esforzándonos para exigir a las grandes industrias tomar responsabilidad frente a todo el impacto que están generando en el océano. Y, asimismo, continuar creando conciencia en las nuevas generaciones para que este problema deje de seguir creciendo y comience de una vez a mejorar”.