El futuro cercano mezcla peligrosamente un gobierno debilitado, una economía en declive y una sociedad inquieta. El archipiélago opositor puede derrotar en el Congreso al oficialismo, pero carece hoy de una alternativa de gobierno. Sociedad sin hegemonía pero con grandes desafíos. Resta poco mas de año y medio del mandato presidencial, urge concordar una agenda básica para este período.
La coalición de gobierno difícilmente podrá recomponerse y ser alternativa en las próximas elecciones. Nuevo sistema de partidos y de elecciones prefigura un panorama de dispersión. Se acabaron los dos grandes bloques y hace rato terminó el predominio del Ejecutivo en el Congreso. El problema es que La Moneda no toma conciencia de esto. Mientras, la sociedad irrumpe con demandas de todo tipo, con escasos canales de conducción.
Chile necesita mas que nunca configurar una agenda que permita enfrentar esta transición que nadie prefiguró. Salir de la pandemia, reactivar la economía junto a garantizar el proceso constituyente y eleccionario están en la prioridad del momento histórico.
Paradojalmente, la pandemia empieza a perder fuerza, con el 10% en el bolsillo, se reactivara la demanda global. No todo es trágico. Lo peor es que las elites no adviertan la urgencia de concordar una agenda de transición de cara a estos largos meses de aquí al nuevo gobierno. Ello no está asegurado. El plebiscito y su debate puede ser un eje ordenador del futuro que queremos.
Sensación térmica: ausencia de liderazgos
Entramos a lo mas profundo del invierno. El 10% aliviará, pero ¿que pasa si no se reactiva la economía? ¿si tenemos rebrotes del virus? ¿Si el gobierno persiste en negar la realidad?
La ausencia de liderazgos puede llevar a una eclosión de demandas con poca capacidad de las elites para encauzarlas. Esto puede ocurrir en los meses que vienen, en especial si la Moneda persiste en su autismo. Mientras, reflotan viejos conflictos como la Araucanía y es probable que el debate por un nuevo sistema de pensiones se instale en la coyuntura. El animo nacional empezara a cubrirse de votaciones en la primavera: plebiscito y todo tipo de autoridades hasta elegir al sucesor del presidente. ¿Tiempo de candidaturas personales o de propuestas? ¿ O de levantar propuestas para sostener candidaturas?
Chile necesita mas que nunca configurar una agenda que permita enfrentar esta transición que nadie prefiguró. Salir de la pandemia, reactivar la economía junto a garantizar el proceso constituyente y eleccionario están en la prioridad del momento histórico. Si en el congreso se mantiene la lógica “del que tiene mantiene”, de los “lotes”, o de cuidar el cupo, entonces asistiremos a un mayor divorcio entre gobernantes y gobernados. Por su parte, el presidente ”ya fue” en cuanto a su propósito original, pero puede ayudar a conformar un camino de transición democrática ante la difícil crisis. La Historia juzgará.