La primera se define como aquella que tiene la característica de sólo generar intereses, sin dar ganancias y se pueden llegar a tornar impagables y la segunda tiene la cualidad de ayudarte a adquirir un activo resultado de tu productividad. En ese sentido invertir en propiedades es una gran alternativa de obtener la llamada deuda buena.
El manejo adecuado de las deudas es un factor determinante para aumentar nuestro patrimonio y adquirirlas siempre será un compromiso a corto, mediano o largo plazo con la entidad a la que se recurra para obtener el capital que se necesita; algo que preocupa, principalmente en momentos de crisis, donde el desempleo aumenta y muchas personas siguen adquiriendo compromisos económicos.
Sin embargo, endeudarse tiene dos caras, una buena que produce y otra mala que te daña. explica Cristóbal Izquierdo, gerente general de Capitalizarme.
“A la gran mayoría de la gente que está endeudada hoy día, le pediría que diferencie sus deudas. Hay dos tipos de deuda, las deudas de corto plazo, que son comúnmente de consumo, y están asociadas a gastos y la recomendación es evitarlas en la medida de lo posible. Y las de largo plazo que están asociadas a créditos hipotecarios, que sirven para tener un activo, que le puedes sacar rentabilidad o después puedes vender y generar una ganancia importante. Las primeras evítalas, las segundas no les tengas susto, son de buena calidad”.
Por ejemplo, una deuda buena es invertir en la compra de una casa o departamento, donde tienes la posibilidad de pagarlo a largo plazo, donde adquieres un bien que después se puede convertir en un activo, así también otras deudas buenas son la educación de los hijos o la puesta en marcha de un negocio, entre otros.
Por el contrario, una deuda mala puede darse por la adquisición de diversos artículos o gastos superfluos, un mal uso de la tarjeta o grandes ofertas a 12 meses. Éstas pueden llegar a rebasar nuestra capacidad de pago.
“Los momentos de crisis sociales, son momentos de mucha incertidumbre futura. Para salirse de la incertidumbre, nuestra recomendación es acercarse a un instrumento que sea estable y seguro. Históricamente las propiedades han sido un instrumento de muy buen refugio, en momentos de incertidumbre, por su estabilidad”.
¿Qué hago si ya tengo las deudas malas y no puedo salir de ellas? Una opción, para quienes ya tienen un crédito hipotecario, es pedir el refinanciamiento de éste, aprovechando que las tasas siguen bajas y pedir un capital adicional para cubrir esas otras deudas, quedando con una sola cuota, asociada al hipotecario.
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