En varias columnas anteriores, difundidas por INFOGATE, señalamos varias cuestiones que, se estime lo que se estime, más allá de sus valoraciones, se transformaron en realidad político-electoral tras la primera vuelta presidencial y las elecciones parlamentarias.***

No fueron análisis exclusivos. Otras personas; otras instituciones;  y otros análisis, señalaron también cuestiones fundamentales que explican, a lo menos, los resultados de las elecciones parlamentarias y la primera vuelta presidencial.

Es más evidente que, en ambas elecciones, crecen mucho las fuerzas de una derecha que se abre camino con un proyecto político, económico, cultural y de política internacional, que es continuidad de los mismos fundamentos estratégicos que impulsaron el golpe de Estado de 1973, que algunos lo definieron como una contrarevolución capitalista; como el exitoso laboratorio del modelo del neoliberalismo en el mundo; como el proyecto norteamericano para Chile y toda la región.

En rigor, estas fuerzas locales y transnacionales vienen por acentuar y profundizar todo aquello, y es efectivo que, en Argentina, Milei hace ahora lo que en Chile ya se hizo con golpe de estado y en las décadas posteriores al golpe, con asentamientos económicos; ideológicos; políticos y culturales en buena medida vigentes hasta hoy mismo.

El punto es que estas fuerzas, en Chile, tienen ahora una  mayoría muy significativa en el parlamento, y buscan ganar la segunda vuelta presidencial, con todo el apoyo de fuerzas como la UDI, RN (de donde provienen en su mayoría).

(Sólo a comienzos del siglo pasado, la derecha tuvo esa fuerza, en un país totalmente oligárquico; hiper clasista; lleno de latifundios; un capital especulativo desbordado en el Salitre y el Carbón, en un grupo de familias; mientras se abría paso la naciente clase obrera y sus emergentes expresiones políticas; culturales; comunicacionales de disputa a la hiper explotación humana y a la clase dominante. Entre esas fuerzas: Comunistas; Socialistas; Radicales y Anarquismo).

La derecha de la transición

La UDI y RN  decayeron mucho en estas elecciones. Incluso no les dio ningún resultado el tratar  de ampararse en “el legado de Piñera”, y en las bases fundantes del pacto transicional con la ex concertación, cuestión que no les dio nigún efecto electoral. Su franja televisiva parecía más una franja noventera mezcla del piñerismo y de los nostálgicos de “la democracia en la medida de lo posible”.

Pero tampoco los supuestos centristas (demócratas, amarillos), tuvieron resultados positivos. La carta firmada por conspicuos personajes de la ex concertación, en apoyo a Matthei, no tuvo ningún resultado electoral, a lo menos.

Tampoco lograron resultados positivos, ni significativos, todas las fuerzas de signo de izquierda, que no son parte del grupo de partidos que forman el actual gobierno, y que termina en meses. Ni en parlamentarias, ni en presidenciales.

Entre los partidos de gobierno, el PC y el PS alcanzaron resultados significativos en parlamentarias. Los demás: (PPD; DC; PR (quedó ilegal); PL; Regionalistas, lograron resultados bien limitados, y hasta marginales).

Factor Parisi & PDG

En este contexto, que es un hecho, el PDG logró casi el 20% en presidenciales, y una cantidad de parlamentarias y parlamentarios bien relevante. Y no se puede desconocer, le guste a quien le guste, que la principal aliada de Parisi, en esta vuelta, fue Pamela Jiles.

Ciertamente, las elecciones en segunda vuelta, menos en ésta, la suma matemática de votos permite proyectar un resultado.

Lo que es real, es que dos candidaturas de derecha tienen un universo de votantes creciente, y al alza. Y la tercera (UDI-RN-EVOPOLI-AMARILLOS-DEMOCRATAS) un piso de estancamiento que, en cualquier escenario, una parte mayoritaria se va a Kast.

La élite, transversalmente, pero en especial la llamada de “centro-izquierda”, no quiere asumir que, en términos electorales, insisto, de ciudadanía que se refleje electoralmente en el supuesto “centro”,  el llamado “centro” no existe, se diluye. Y tampoco existe esta creencia noventera de  que existe un “voto no polarizado”.

La clave, como lo hemos dicho más de una vez, está en la ciudadanía que sólo por voto obligatorio va a las urnas; son más de seis millones de personas.

Que la pasan bien mal, que su voto es ya hace muchos, muchos años, volátil.  Es decir, que pueden votar por una candidatura de derecha, y a la vez por una de izquierda, de centro, o independiente.

Que mayoritariamente son hijas e hijos de este sistema y no han tenido niguna posibilidad de ser distintos o diferentes.

Agraviados por…. 

Por tanto, tratarlos de “fachos pobres, o comunachos”, es un insulto que ni siquiera entienden porqué se les descalifica así.

Esas personas rechazaron por más del 60 por ciento el primer proyecto de nueva constitución.

Porque el peso de la hegemonía mediática fue más fuerte que todos los partidos juntos; porque la campaña de la derecha asoció ese proyecto constitucional al actual gobierno encabezado por Gabriel Boric, al cual esta ciudadanía en segmento relevante siguen rechazando mayoritariamente, hasta hoy. Y, literalmente, los partidos de derecha se fondearon, e inventaron un comando de la “sociedad civil”.

Porque le hicieron creer a mucha gente que la bandera chilena no sería más el símbolo nacional; y las familias campesinas no podrían tener más aves y animales de guarda, para venderlos o alimentarse con su carne.

Porque esas seis millones de personas, y varios millones más, viven con miedo que es real, no inventado: Miedo al otro, miedo a enfermarse; miedo a perder la pega estable…si es que la tienen; miedo a ser violadas, abusadas, a cuidar a otras y otros sin recibir un peso; a tener menos salarios que los hombres; miedo a los “papitos corazones”; miedo a las balas locas, que son reales; a las bandas del crimen organizado y al narcotráfico; miedo al secuestro, que no se puede medir por la cantidad, porque es casi inhumano “medir” los secuestros por cantidad.

Miedo a la creciente violencia entre jóvenes y sobre los jóvenes.

Sin embargo, esas mismas personas, en cerca de un 60%, por voto obligatorio, en el segundo plebiscito votaron EN CONTRA del proyecto constitucional de la derecha,  porque lo consideraron dañino y agresivo a sus legítimas demandas de pervivencia, en todos los aspectos de la vida personal y colectiva.

En eso se centró la campaña del EN CONTRA, comando estratégico del que fui parte, y que tuvo un diseño en esta dirección de esfuerzo).

EN DEFINITIVA, FUERON LAS MISMAS PERSONAS QUE RECHAZARON EL PRIMER PROYECTO CONSTITUCIONAL, LAS QUE VOTARON EN CONTRA.

En fin, subjetividad chilena que ya en 1996, un estudio profundo del PNUD encabezado por el sociólogo Nolbert Lechnner, describió como “El miedo al otro”. Mismo año en que el PC, enzabezado por Gladys Marín, denunció la extrema derechización que se estaba produciendo en el Chile, EN TODOS LOS PLANOS, e hizo una propuesta a la concertación para frenar esa tendencia que, es un hecho, se mantiene y se ha profundizado.

En ese mismo tiempo, sale el libro de Tomás Moulián: ANATOMIA DE UN MITO, en donde devela, precisamente, la verdadera realidad del modelo neoliberal impueso en Chile.

El PNUD, en un nuevo estudio de subjetividad, a mediados de la década recién pasada, mostró que la volativilidad del voto en Chile crece y aumenta. Y otros estudios también develaron lo que actuales y recientes investigaciones demuestran: Estas personas rechazan a los partidos políticos; rechazan al parlamento; consideran que hay “justicia para ricos, y otra para pobres; ni en definitiva no hay justicia”.

Lo que se expresa en Chile, en las parlamentarias y primera vuelta, no tiene nada de episódico. Nada. Los globos negros y las protestas en todo el norte de Chile vienen de hace muchos años. Al igual que en el sur-austral. Y lo mismo en las regiones centrales. Otra cosa es que no se vea, o no se quiera ver, ni considerar.

Las fragmentaciones socio-económicas son reales.

Claro, la derecha afirma que el “país se cae a pedazos”, y responsabiliza al actual gobierno y sus partidos.

En este universo de personas, más de seis millones, y tal vez muchos más, esto los hace pensar, desde sus vivencias y emociones cotidianas. Se genera una primera conexión desde la rabia, la frustración, la desesperanza.

Responder a la afirmación de la derecha en forma enfática y negativa, y tratar de ampararse solo y exclusivamente en los cambios que se han hecho, (que son reales), no ayuda a llegar a estas personas. Porque estas personas la pasan mal, y bien mal. Entonces, no es creíble para ellas y ellos que los cambios que se han hecho los hagan cambiar de situación material, vivencial y existencial.

Más aún, lo consideran una suerte de “sacarse los pillos” que no los beneficia.

Hay que tener en consideración que, en la segunda vuelta presidencial, entre Guillier y Piñera, cerca del 35% de los votantes de Beatriz Sánchez lo hicieron por Piñera.

Y en la segunda vuelta presidencial entre Kast y Boric, más del 60% en segunda vuelta votó por Boric.

Hoy, el escenario es muy diferente.

La votación de Jeannett Jara es significativa. Es un piso. No alto. Pero puede crecer y enfrentar el desafío. No es tan relevante que sea comunista, para el votante en disputa. Y el daño ya lo hicieron quienes buscaron mezquinamente sacar provecho de eso. Tiene una base importante de credibilidad. Pero necesita con extrema urgencia central la campaña en propuestas que, al votante en disputa, le hagan sentido….Y LAS CREA.

Por eso es tan relevante quien y como se expresen esas propuestas.

Su candidatura tiene una “infantería” no menor. Todos los partidos y orgánicas progresistas se mantienen movilizadas. Movimientos y expresiones sociales serán determinantes. No hay tiempo para intentar otras cosas. El punto clave es saber llegar al votante y la ciudadanía en disputa abierta.

¿Por quién votarán en segunda vuelta?:

Hipótesis:

Por quien crean que va a enfrentar y resolver estos temas, que no son tampoco de años recientes:

-Crimen organizado-Narcotráfico: Ambos flagelos exigen un plan nacional con un financiamiento del PIB y reforma profunda de todo el sistema de administración de justicia.

-Acceso a la salud de urgencia y emergencia.

-Transporte público.

-Ingresos y salarios. Que permitan terminar el mes. Que considere a las mujeres en forma universal e igualitaria. Sin dejar a nadie afuera y excluida.

-Prevención real, y castigo y sanción a violadores y abusadores.

-Mejora de la infraestructura de colegios y escuelas, y planes concretos para enfrentar la violencia escolar.

-Medidas concretas para las comunas más excluídas,  donde los municipios tienen escasos recursos y donde las instituciones del Estado no logran resolver asuntos críticos.

-Mejora sustantiva de la capacidad de las FUERZAS ARMADAS. Con articulación clara de la defensa de la soberanía y el estado nacional. En la región hay signos claros y concretos que deben alertar del escenario real. Nunca la potencia hegemónica había movilizado tal nivel de instrumental de guerra, que la mayoría de las veces, lo ha usado como mecanismo de intervención en otras naciones y zonas del mundo.

En este sentido, el resultado de la segunda vuelta es un escenario abierto.

*** Juan Andrés Lagos, es periodista, académico, periodista, analista y encargado de comunicaciones del Partido Comunista de Chile

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