La ministra secretaria general de Gobierno, Camila Vallejo, respondió a las acusaciones del candidato presidencial del Partido Republicano, José Antonio Kast, contra el Presidente Gabriel Boric de fracasar en sus promesas sobre descentralización del país y que «entregó a las regiones a la corrupción».
Al respecto, la autoridad sostuvo que «en contextos electorales, lamentablemente a veces algunos creen que todo vale en política y se salen de los marcos éticos mínimos para hacer sus declaraciones de manera irresponsable, falta de respeto».
Luego, llamó como Gobierno «a que en los debates seamos no solamente respetuosos, sino que pongamos en el más alto nivel la conversación pública, porque nuestros compatriotas lo que esperan de los líderes públicos es que estemos a la altura, que pongamos sobre la mesa las propuestas más que los ataques. Propuestas antes que ataques, sentido ético y responsabilidad antes que violencia o acusaciones al voleo».
Kast en picada contra el Mandatario
Cabe recordar que el candidato opositor participó en el «Conversatorio por la Descentralización», en el cual también intervinieron Jeannette Jara y Evelyn Matthei, donde planteó que «hace cuatro años, no en este mismo lugar, al otro lado del río, si no me equivoco, el entonces candidato presidencial Gabriel Boric habló y se presentó ante ustedes. Habló con un tono solemne sobre lo que era la descentralización. Y prometió terminar con la descentralización. Anunció, entre aplausos, que eliminaría a los delegados presidenciales».
«Auguró también que las regiones tendrían poder, recursos y libertad. Hoy, a meses de terminar su mandato, la pregunta al Presidente Gabriel Boric es inevitable. ¿Dónde están esas promesas? ¿Qué quedó de ellas, de ese discurso grandilocuente de hace cuatro años?. La respuesta es muy clara: quedó en nada. Solo palabras vacías, promesas rotas y una larga lista de retrocesos», cuestionó el republicano.
Kast se lanzó contra el mandatario asegurando que «no solo no eliminó a los delegados presidenciales, no solo no fortaleció a los gobiernos regionales, no solo mantuvo los nudos del centralismo, además entregó a las regiones a la corrupción, al cuoteo político, a los operadores políticos, disfrazados de fundaciones, y a una burocracia sin control y sin vergüenza».







