viernes, junio 13, 2025

La Organización de Estados Turcos se perfila como un actor geopolítico clave en Eurasia

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Por:El Dr. Vasif Huseynov es asesor principal del Centro de Análisis de Relaciones Internacionales (AIR Center) y profesor adjunto de la Universidad Khazar de Bakú (Azerbaiyán).

La Cumbre Informal de la Organización de Estados Turcos (OET), celebrada los días 20 y 21 de mayo de 2025 en Budapest (Hungría), marcó un hito importante en la creciente influencia geopolítica de la organización. Organizada por el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, la cumbre reunió a dirigentes de Azerbaiyán, Kazajstán, Kirguistán, Turkmenistán y Uzbekistán, junto con los Estados observadores de Hungría, Turkmenistán y la República Turca del Norte de Chipre. Esta reunión, la primera cumbre de la OET organizada por un Estado observador, subrayó el papel de Hungría como puente entre el mundo túrquico y Europa, reflejando el lema «Punto de encuentro de Oriente y Occidente».

La cumbre culminó con la adopción de la Declaración de Budapest, una hoja de ruta estratégica que reafirmaba el compromiso de la OET con la unidad, la cooperación y la respuesta a los retos globales. Este acontecimiento puso de relieve la evolución de la organización hasta convertirse en un formidable actor geopolítico, especialmente para los Estados de Asia Central y Azerbaiyán, que navegan por complejas dinámicas regionales para salvaguardar su independencia y contrarrestar las amenazas a su seguridad.

La OET, creada en 2009 mediante el Acuerdo de Najicheván, ha pasado de ser un modesto consejo de cooperación a un sólido organismo intergubernamental que une a las naciones de habla turca. Fundada inicialmente por Azerbaiyán, Kazajstán, Kirguistán y Türkiye, con la incorporación de Uzbekistán como miembro de pleno derecho en 2019, la organización representa ahora a una población de más de 170 millones de personas y un PIB combinado de aproximadamente 2 billones de dólares. Su marco institucional, que incluye el Consejo de Jefes de Estado, el Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores y organismos especializados como la Academia Turca y TURKSOY, facilita la cooperación en los ámbitos político, económico, cultural y de seguridad. La visión estratégica de la OET, esbozada en la «Visión del Mundo Turco 2040», hace hincapié en la confianza mutua, la solidaridad política y la integración económica, posicionando a la organización como un contrapeso a las presiones externas a las que se enfrentan sus miembros.

Azerbaiyán, miembro fundador, ejemplifica el papel de la OET en la salvaguarda de la independencia. El presidente Ilham Aliyev ha insistido en repetidas ocasiones en que el mundo túrquico es la «familia» de Azerbaiyán, lo que refleja un giro estratégico hacia la unidad túrquica como piedra angular de su política exterior. Este enfoque adquirió relevancia tras la victoria de Azerbaiyán en la Segunda Guerra de Karabaj de 2020, que restauró su integridad territorial y puso de manifiesto el apoyo diplomático y moral de los miembros de la OET. El respaldo inequívoco de la organización contrastó con los enfoques selectivos de algunas instituciones occidentales, reforzando la confianza de Azerbaiyán en la OET como plataforma fiable. La Declaración de Shusha de 2021, firmada con Türkiye, elevó sus lazos bilaterales a una alianza formal, con disposiciones sobre medidas conjuntas de defensa y seguridad. Esta alianza, descrita como «una nación, dos Estados», constituye la columna vertebral de la OET y ofrece una hoja de ruta a seguir por otros Estados miembros.

El énfasis de la OET en la cooperación en materia de seguridad es un mecanismo fundamental para contrarrestar las amenazas a la independencia de sus miembros. La Declaración de Budapest destacó el compromiso conjunto de luchar contra el terrorismo, la delincuencia organizada y las ciberamenazas, con elogios específicos a los esfuerzos estabilizadores de Turquía en Siria. Las últimas cumbres han dado prioridad a la colaboración en materia de defensa, y Azerbaiyán ha propuesto asociaciones militares e industriales y ejercicios conjuntos. Estas iniciativas abordan retos comunes como el extremismo y el narcotráfico, que son especialmente acuciantes en Asia Central debido a su proximidad con Afganistán. El Mecanismo de Protección Civil de la OET y las estrategias de defensa coordinadas aumentan la capacidad de resistencia de los Estados miembros, permitiéndoles hacer frente colectivamente a las presiones externas sin alinearse con ningún bloque de poder mundial.

La integración económica es otro de los pilares a través de los cuales la OET refuerza la independencia de sus miembros. El Corredor Transcaspiano, o Corredor Medio, que une Asia Central con Europa a través de Azerbaiyán y Türkiye, es la arteria de la cooperación entre los Estados miembros. Los miembros de la OET, como principales interesados en este corredor, se benefician de mayores oportunidades comerciales y de inversión. Los Estados de la OET trabajan constantemente en nuevos instrumentos para optimizar este enlace de transporte. Por ejemplo, el Acuerdo sobre el Corredor Aduanero Simplificado, firmado en la Cumbre de Samarcanda de 2022, entró en vigor el 29 de noviembre de 2024. El Acuerdo introdujo un sistema electrónico diseñado para permitir a las Autoridades Aduaneras de ambas Partes intercambiar información por adelantado sobre las mercancías objeto de comercio entre ellas.

Los Estados miembros han llegado a un acuerdo también sobre la adopción del Convenio TIR (Transports Internationaux Routiers) de la ONU a través del sistema eTIR, que actualiza los procesos aduaneros internacionales y permite compartir datos de forma segura entre los países participantes. En 2022, Azerbaiyán y Uzbekistán se convirtieron en las dos primeras naciones en llevar a cabo con éxito una operación de transporte utilizando el sistema eTIR. La adopción del sistema eTIR por ambos países ha reducido los costes de transporte y mejorado la eficiencia logística. El comercio de Uzbekistán con los miembros de la OET casi se ha triplicado desde 2017, alcanzando los 10.000 millones de dólares, lo que refleja el impacto económico de la organización. El acuerdo sobre el Fondo de Inversión Turca, la primera institución financiera mutua entre Estados turcos, entró en vigor en 2024, y apoya aún más la cooperación económica, fomentando la autosuficiencia y reduciendo la dependencia de los sistemas financieros externos. El Fondo, con un capital total autorizado de 600 millones de dólares, está diseñado para promover el espíritu empresarial, el crecimiento, la creación de empleo, la investigación y la innovación mediante el apoyo a las pequeñas y medianas empresas (PYME).

La unidad cultural y lingüística también desempeña un papel crucial en la estrategia de la OET para proteger la soberanía de los Estados miembros. La adopción de un alfabeto turco común de 34 letras en 2024, en transición del cirílico al latín, fomenta la unidad lingüística y contrarresta las influencias soviéticas históricas. Las iniciativas culturales, como la promoción de las artes túrquicas de TURKSOY y la investigación del patrimonio común de la Academia Túrquica, refuerzan la identidad colectiva, lo que a su vez refuerza la solidaridad política. Para Azerbaiyán y los Estados de Asia Central, esta cohesión cultural proporciona una herramienta de poder blando para afirmar sus identidades diferenciadas en la escena mundial, contrarrestando las presiones culturales y políticas externas.

La OET desea convertirse en un actor destacado a nivel mundial, con una notable presencia internacional. Su estatus de observador en la Organización de Cooperación Económica y sus solicitudes para desempeñar funciones similares en las Naciones Unidas y en la Organización de Cooperación Islámica ponen de manifiesto su ambición de amplificar la voz del mundo turco a nivel mundial. La oficina de Budapest refuerza los lazos con las instituciones europeas, y Hungría sirve de puerta de entrada a la UE y la OSCE. Estas conexiones proporcionan una influencia diplomática que permite a los miembros de la OET sortear las rivalidades mundiales sin perder su autonomía estratégica. El apoyo unificado de la organización a las candidaturas internacionales de sus miembros -como la de Uzbekistán al Consejo de Seguridad de la ONU (2035-2036) y la de Azerbaiyán al Comité del Patrimonio Mundial de la UNESCO (2025-2029)- refuerza aún más su influencia global.

Para Azerbaiyán y los Estados de Asia Central, la OET es más que una alianza regional; es un escudo estratégico contra las amenazas externas y una plataforma para afirmar su independencia. Al fomentar la solidaridad política, la integración económica y la unidad cultural, la organización ofrece a sus miembros la oportunidad de navegar por un mundo multipolar sin alinearse con ningún bloque de potencias. Esto es de vital importancia en el contexto de los actuales cambios geopolíticos que han acentuado la necesidad de unidad regional.

La OET proporciona un marco cultural e históricamente alineado para que estos Estados reduzcan su dependencia de las potencias circundantes. A medida que la OET siga ampliando su capacidad institucional y su presencia internacional, su papel como contrapeso a las presiones geopolíticas no hará sino crecer, consolidando el lugar del mundo turco en el orden mundial emergente. Así pues, la Organización de Estados Turcos está preparada para convertirse en un actor importante en la configuración del futuro de Eurasia y más allá, reforzando la soberanía e independencia de sus Estados miembros.

Las opiniones expresadas en los artículos de opinión y los comentarios no reflejan necesariamente la posición de Infogate.cl, tampoco de sus periodistas ni editores.

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