En el inicio de su intervención ante el Congreso Pleno, el Presidente Gabriel Boric hizo una fuerte defensa del fondo del estallido social de octubre de 2019.
Así, en su discurso, el Mandatario recordó que su Gobierno asumió tras «una de las movilizaciones más grandes de la historia reciente de Chile», marcada por profundas demandas sociales y una crisis de legitimidad, contexto en el cual reconoció que durante el estallido hubo «episodios de violencia inaceptables», como la quema de estaciones del Metro y ataques a Carabineros, pero también denunció con fuerza la respuesta estatal.
Destacó luego que «hubo señales anticipatorias que no supimos leer con claridad«, subrayando que «se cometieron graves e inexcusables violaciones a los derechos humanos, incluso con resultado de muerte y lesiones gravísimas, muchas de las cuales aún esperan justicia».
Asimismo, el Jefe de Estado rechazó los intentos por reducir el estallido a un fenómeno puramente delictual, señalando que tal interpretación “insulta a todos quienes participaron pacíficamente” y desconoce las causas estructurales del malestar.
Además, la autoridad insistió en que las movilizaciones expresaron la exigencia de “más derechos, más bienestar y una voz protagónica en el devenir de la patria”, sin desconocer los avances del país desde el retorno a la democracia.
