Desde el Congreso le cerraron la puerta a la eventual priorización del proyecto de aborto legal, anunciado el pasado viernes por la ministra de la Mujer, Antonia Orellana.
La propia secretaria de Estado había reconocido que aunque se trata de una promesa de campaña, su tramitación se ha demorado más de lo esperado, y si bien no ha sido presentado formalmente, se espera que sea ingresado a la Cámara de Diputadas y Diputados en los próximos días. Sin embargo, desde ya enfrenta obstáculos, tanto en esta como en la Cámara Alta.
En este contexto, el presidente del Senado, Manuel José Ossandón (RN), criticó duramente la decisión del Ejecutivo de avanzar con la iniciativa, calificándola como un desvío en el debate legislativo.
Así, comentó que «todo el mundo conoce mi postura sobre el aborto. No entiendo por qué, en una situación tan compleja, el Gobierno decide dirigirse a su electorado con un tema que hoy ya está resuelto en Chile».
Hizo hincapié a continuación que el proyecto no solo llega tarde, sino que también podría restar atención a temas urgentes como la baja natalidad y la crisis hospitalaria que afecta al país.
«Esto lo único que hará es desvirtuar la discusión de los verdaderos problemas que enfrentamos», afirmó.
Fuera de tabla y sin sesiones especiales
En tanto, el presidente de la Cámara Baja, José Miguel Castro (RN), adelantó que no facilitará el debate del proyecto.
Ante el anuncio del proyecto, aseguró tajantemente que «no voy a priorizar este tipo de iniciativas. No haré sesiones especiales ni lo pondré en tabla. Si se queda esperando, que lo haga. Para mí no es prioridad, y creo que para los chilenos tampoco».
El diputado agregó que el Congreso está enfocado en otras materias, como la seguridad, la economía y el combate al ingreso irregular al país.
«El Gobierno está tratando de movilizar a su electorado más ideologizado, en un contexto donde enfrentan escándalos como ProCultura y Democracia Viva. Este proyecto parece más una arenga electoral que una respuesta a las urgencias ciudadanas», puntualizó.
